Los cambios del presidente venezolano, Nicolás Maduro, en la parte económica de su Gabinete, nombrando al ministro de Petróleo, Rafael Ramírez, como vicepresidente dejan en la incertidumbre el rumbo de las reformas para salir de la complicada situación en la que está Venezuela desde hace meses.
La semana pasada Maduro otorgó a Ramírez el comando de la nave económica en sustitución del ministro de Finanzas, Nelson Merentes, en lo que economistas consultados por Efe interpretaron como una derrota de la idea de la flexibilización del férreo control de cambio que impera en Venezuela desde hace diez años.
«Creo en verdad que fue una idea muy acertada la del presidente Maduro de colocar a Rafael Ramírez. Yo creo que él lo puede hacer muchísimo mejor en la parte productiva, que lo que yo pude haber hecho en los primeros tiempos», afirmó Merentes sobre su salida al canal Venevisión este fin de semana.
La sustitución de Merentes llega en momentos en que la inflación roza el 40% a falta de tres meses para el final del año y el precio del dólar se ha disparado en el mercado ilegal paralelo hasta ocho veces por encima de su valor de compra oficial (6,3 bolívares).
En Venezuela existe un sistema de control de cambios que impide el libre acceso a las divisas y obliga a particulares y empresas a canalizar sus peticiones a través de varios mecanismos.
El más importante de estos es a través de la Comisión Estatal de Administración de Divisas (Cadivi), al que Merentes añadió la creación del Sistema Complementario de Administración de Divisas (Sicad), un organismo novedoso que ofrece subastas en dólares a un precio superior al oficial.
«Merentes pierde poder dentro del gabinete (…) y al perder poder, su plan de apertura del mercado paralelo lo vemos un poco retrasado», dijo a Efe la economista sénior de la firma de análisis Ecoanalítica, Jessica Grisanti.
A pesar la implementación del Sicad, las subastas semanales previstas fueron espaciándose hasta desaparecer, mientras aumentaba la inflación y el precio del dólar en el mercado ilegal. Maduro anunció la semana pasada que este mecanismo se reactivará con ofertas todas las semanas de al menos 100 millones de dólares.
A pesar del anuncio, Grisanti considera que el Gobierno debe «sincerar ese tipo de cambio» y «establecer un mercado alternativo a Cadivi con un flujo permanente de divisas con un tipo de cambio más sincero que el actual de Cadivi».
En Venezuela operaron hasta que en 2010 fueron ilegalizadas por el fallecido Hugo Chávez las denominadas casas de bolsa, donde se podía conseguir un «dólar permuta», que satisfacían parte de la demanda de divisas.
El nuevo vicepresidente económico Ramírez informó la semana pasada que en el país no hay «problemas de divisas» ya que a través de Cadivi se facilitaron 33.000 millones de dólares y que el aporte de la petrolera estatal PDVSA a las arcas del Banco Central de Venezuela sumará a finales de este año 47.000 millones de dólares, una «cifra fabulosa, extraordinaria», dijo.
«Lo importante es que las cifras se reflejen en la economía (…) pero si el consumidor siente que cada vez que va al mercado su poder adquisitivo pierde valor (…) las cifras de una u otra manera no convalidan la realidad», señaló a Efe el economista César Aristimuño.
En su opinión, «no hay duda» de que el cambio en la Vicepresidencia viene marcado por la orientación política socialista del gobierno de Maduro, aunque un aplazamiento de las, en su opinión, medidas económicas «necesarias» generarían unas perspectivas en este ámbito «muy complicadas».
«Está clarísimo que el modelo económico vigente se agotó. La situación actual de la economía lo está indicando», sostuvo el presidente de Aristimuño, Herrera & Asociados .
Alberto Andreo/Caracas, 14 oct (EFE).-