Arabia Saudí se prepara para acoger 1,6 millones de fieles musulmanes de todo el mundo, que mañana iniciarán la peregrinación anual a la ciudad santa de La Meca (este), en medio de estrictas medidas sanitarias por el temor al contagio del coronavirus.
Medio millar de médicos y enfermeras de distintas especialidades han sido enviados por el Ministerio de Sanidad a los lugares donde se desarrollará el «hach» (peregrinación) para velar por la salud de los visitantes.
A ellos se sumarán 3.000 trabajadores de la Media Luna Roja saudí, que ha instalado un hospital de la campaña, apoyado por siete helicópteros.
Durante esta semana, las autoridades han transmitido un mensaje de tranquilidad y de que todo está controlado para evitar la expansión del denominado Síndrome Respiratorio Coronavirus de Oriente Medio (MERS-CoV).
Y es que al menos 49 personas han fallecido por este virus en el reino, donde el número de contagios suma 107, desde su detección en el país en septiembre de 2012, según los datos difundidos a mediados del mes pasado por el Gobierno de Riad.
Los primeros síntomas son fiebre y tos, que se agravan hasta causar una neumonía. El Ejecutivo saudí ha apuntado que la mayoría de los infectados sufren enfermedades crónicas que debilitan su sistema inmunitario y los hacen más vulnerables.
En una visita sobre el terreno para inspeccionar los preparativos, el ministro de Sanidad, Abdalá Al Rabia, subrayó hace unos días en La Meca que «las medidas son estrictas para aislar inmediatamente cualquier caso de sospecha de contagio y efectuar los exámenes médicos necesarios».
Con motivo del «hach», se han suministrado hasta ahora vacunas a más de 287.000 peregrinos extranjeros, que ya han llegado a territorio saudí, y la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha mandado expertos para seguir la evolución de la situación.
El coronavirus no es la única preocupación del reino, que también ha intensificado la seguridad ante la posibilidad de que se produzcan ataques y protestas de carácter político durante la peregrinación.
Para evitarlos, unos 95.000 policías, entre los que hay 40.000 agentes de una fuerza especial creada para la ocasión, se encargarán de proteger a los peregrinos. Estos efectivos estarán respaldados desde el aire por 18 helicópteros.
Además, un total de 1.167 cámaras registrarán los movimientos de los peregrinos en los accesos y el recinto de la Gran Mezquita de La Meca, mientras que se han instalado aparatos especiales en los exteriores, que pueden grabar imágenes a gran distancia.
A diferencia de 2012, cuando hubo 2,8 millones de peregrinos, este año su número será menor -1,6 millones- por las obras de ampliación que se desarrollan en la Gran Mezquita, que han llevado a las autoridades a reducir en un 20 % el número de musulmanes que pueden hacer el «hach».
A este hecho se añade que Arabia Saudí está aplicando controles más estrictos para entrar en la ciudad santa y no permite el acceso a nadie que no tenga autorización oficial para efectuar el «hach», a diferencia de años anteriores en los que había más flexibilidad, especialmente, con los residentes en el reino.
La peregrinación comenzará oficialmente mañana con el denominado día de «Al Taruia» (revelación), en el que los fieles rezarán y meditarán a la espera de subir la madrugada del lunes al monte Arafat, donde el profeta Mahoma pronunció su último sermón hace catorce siglos.
El martes, se celebrará la «Fiesta del Sacrificio» con la matanza de corderos, vacas, carneros e incluso camellos, después de que los creyentes den siete vueltas a la «Kaaba», en La Meca.
La «Kaaba», un edificio cuadrado donde los musulmanes sitúan el centro del mundo, es para el islam la primera construcción en la Tierra. En una de sus esquinas se encuentra la «piedra negra», que los fieles consideran como un pedazo desgajado del paraíso.
Durante la peregrinación, los creyentes deben ir vestidos con el el «ihram», dos piezas de tela blanca sin costura para los hombres y una túnica larga para las mujeres.
Todo musulmán debe cumplir la peregrinación al menos una vez en la vida siempre que su salud física y económica se lo permita.
El «hach», junto a la oración cinco veces al día, la limosna a los pobres, el testimonio de fe y el ayuno en el mes de Ramadán, es uno de los cinco mandamientos del islam.
Waseem al Dandashi Riad, 12 oct (EFE).-