La dinámica económica global ha cambiado y si antes eran los países emergentes los que tenían la batuta ahora son los avanzados los que vuelven a llevar la voz cantante, aunque el futuro inmediato lo determinarán Estados Unidos y China.
Así lo asegura el Fondo Monetario Internacional (FMI) en su informe semestral «Perspectivas económicas globales», publicado hoy, que rebaja en tres décimas el crecimiento previsto para 2013, hasta el 2,9 %. En 2014, la locomotora económica global avanzará a un ritmo del 3,6 %, dos décimas menos de lo anticipado en julio.
«La economía global se ha adentrado en una nueva transición», afirmó hoy en rueda de prensa el economista jefe del FMI, Olivier Blanchard, quien destacó que «las economías avanzadas se están fortaleciendo lentamente», mientras que los mercados emergentes «se han desacelerado» más de lo previsto por el FMI en julio.
En ese contexto, Estados Unidos da muestras de una renovada fortaleza y volverá a convertirse en el principal motor económico global, siempre y cuando la paralización de parte de la Administración federal dure poco y el Congreso dé luz verde a la ampliación del techo de la deuda, que se alcanzará la próxima semana.
Blanchard aseguró el cierre parcial de servicios en la Administración «tendrá consecuencias macroeconómicas limitadas» si no se prolonga demasiado.
Distintas serán las cosas si no se eleva el tope de deuda federal de 16,7 billones de dólares antes del 17 de octubre, que «se sentiría de forma inmediata y conduciría potencialmente a grandes alteraciones en los mercados financieros, tanto en Estados Unidos como a nivel internacional», según alertó Blanchard.
«Creemos que el riesgo es bajo pero de materializarse tendría graves consecuencias», subrayó el experto.
En el recuento por países, destaca también el caso de Japón, que disfruta de un «vigoroso repunte» que se traducirá en un crecimiento económico del 2 % este año, pero que perderá vapor en 2014, cuando el producto interior bruto (PIB) nipón alcanzará el 1,2 %.
La zona euro, mientras tanto, comienza a ver la luz al final del túnel, aunque el crecimiento permanece raquítico y persisten viejos males como la fragmentación del sistema financiero.
Las proyecciones del Fondo apuntan que la actividad económica en la zona euro se contraerá un 0,4 % este año y repuntará un 1 % el próximo.
El Fondo considera que ese cambio en las dinámicas de crecimiento plantea nuevos desafíos y hace hincapié en que el futuro inmediato dependerá de dos factores: el futuro de la política monetaria de Estados Unidos y la evolución de China.
El informe destaca la convicción cada vez más generalizada en los mercados de que las expansionistas políticas de la Reserva Federal (Fed) se aproximan a un punto de inflexión.
«Eso ha llevado a un aumento inesperadamente elevado en los diferenciales a largo plazo en Estados Unidos y muchas otras economías, a pesar de la reciente decisión de la Fed de mantener las compras de activos», señala el FMI.
El organismo alerta de que ese cambio podría plantear riesgos para los países emergentes, donde la actividad económica se está ralentizando y la calidad de los activos financieros empeorando.
Según el Fondo, los emergentes crecerán un 4,5 % este año, medio punto menos de lo anticipado en julio. En 2014 el crecimiento será del 5,1 %, cuatro décimas menos de lo previsto.
De ahí que el FMI aprovechase la ocasión para recomendar que la progresiva retirada del programa de compra de bonos, que podría iniciarse a finales de año, sea «calibrada con cuidado» y gestionada con una «comunicación clara» por parte de la Fed.
Pese a que los mercados adelantan un próximo cambio en las expansionista política monetaria de Estados Unidos, el Fondo mantiene que la autoridad monetaria del país no subirá los tipos de interés de referencia hasta 2016.
El segundo factor determinante es la creciente percepción de que China crecerá más lentamente a medio plazo que en los últimos años, lo que pasará factura «a muchas otras economías», sobre todo a las exportadoras de materias primas en los países emergentes y en desarrollo.
El Fondo insiste, además, en que ya no existe consenso en la idea de que las autoridades chinas vayan a reaccionar con un fuerte paquete de estímulo si el crecimiento cae por debajo del objetivo oficial del 7,5 %.
Según las proyecciones del FMI, China crecerá un 7,6 % este año y un 7,3 % el próximo.
Por lo demás, el informe alaba la determinación de los responsables políticos a la hora de evitar que la economía global se despeñe y concluye que la principal preocupación ahora es un escenario de un crecimiento anémico y prolongado.
Teresa Bouza/ Washington, 8 oct (EFE).-