La Asociación Nacional de Supermercados (ANSA) de Venezuela aceptó hoy que la Milicia Popular Bolivariana, conformada por civiles armados, refuerce las tareas propias de sus establecimientos, en el marco de la «guerra económica» que el Gobierno dice le declaró la oposición.
«Mucho del sector privado está ganado para trabajar de forma coordinada con el Gobierno y ANSA aceptó que, a través del poder popular, la Milicia Popular Bolivariana, podamos cubrir plazas vacantes» en los supermercados, dijo a periodistas Hébert García, jefe del recién creado Órgano Superior para la Defensa Popular de la Economía.
La Milicia Bolivariana, creada por decreto presidencial durante el Gobierno de Hugo Chávez y organizada en el seno de las Fuerzas Armadas, está conformada por la «milicia territorial» -definida como el «pueblo en armas»- y los «cuerpos combatientes», integrados por miembros de instituciones públicas, universidades o empresas.
Las diferentes cadenas privadas de supermercados tienen planes de contingencia para mantener de manera expedita la atención al público y la Milicia los reforzará, precisó García al dar cuenta de la nueva acción dentro de «la lucha al desabastecimiento por especulación».
«Vamos a desmontar esta operación silenciosa de la guerra económica. Nosotros definitivamente tenemos que acabar con aquellas personas que tienen como cultura acaparar productos para revenderlos a precios no regulados», distintos a los fijados por el Estado y que así «juegan con la necesidad del pueblo», insistió.
Además de crear este mes el Órgano Superior para la Defensa Popular de la Economía, el Gobierno reforzó su combate a lo que llama «sabotaje» a su gestión, con la activación adicional de una línea telefónica para que la ciudadanía denuncie cualquier «situación irregular» contra la economía.
Las iniciativas se enmarcan dentro de la tesis lanzada por el Gobierno de que también los servicios públicos del país están siendo víctimas de un sabotaje de sectores de oposición interesados en generar un estallido social para forzar luego algún tipo de intervención extranjera.
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, se puso a la cabeza de esta contraofensiva, tras llamar a los venezolanos a «dar una lección a los saboteadores» y anunciar que dirige personalmente el Órgano Superior de Defensa Popular de la Economía para coordinar acciones a favor de la producción y el abastecimiento.
Esta instancia ha centrado su labor en mejorar la distribución y venta de los alimentos de consumo masivo para reducir así los focos de desabastecimientos periódicos que se han registrado.
Uno de los miembros de dicho órgano, el ministro de Transporte Terrestre, Haiman El Troudi, reveló esta semana que ha coordinado acciones conjuntas entre cámaras empresariales vinculadas con el transporte de carga y los entes públicos del sector.
«La guerra económica la vamos a ganar, que no se llame a engaño quien quiera seguir en sus pretensiones de apostar a la inestabilidad, al desasosiego, al desabastecimiento de los productos», afirmó El Troudi.
Maduro complementó hoy en una alocución televisada que la «guerra económica» también tiene un componente psicológico y que si persiste en octubre próximo entonces dictará «medidas especiales» que no detalló, aunque advirtió que marcarán «otra etapa la revolución bolivariana», como llama su gestión presidencial.
«Yo he colocado en octubre una fecha, si para esa fecha seguimos comprobando elementos perniciosos, anticonstitucionales, de terrorismo psicológico, de guerra económica, eléctrica y política contra la democracia (…) tomaré medidas especiales, para asumir en otra etapa la revolución bolivariana», declaró.
«Es una guerra psicológica que impacta en la económica. Estamos en medio de esa guerra ahorita, enfrentándola eso sí. Nosotros no somos de quedarnos de brazos cruzados», aseveró el jefe del Estado.
Caracas, 28 sep (EFE).-