BOGOTÁ / COLOMBIA — El ministro del Interior de Colombia, Juan Fernando Cristo, renunció el lunes en medio de una crisis política que sacudió al gobierno del presidente Gustavo Petro, tras su decisión de nombrar a un controvertido operador político como jefe de Gabinete.
En una carta publicada en X, Cristo dijo que deseaba perseguir objetivos como apoyar la implementación de un acuerdo de paz de 2016 con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia “sin limitaciones” y escribió que “la frustración no debe permitir que Colombia regrese a una era de exclusión política y social que genera violencia”.
Dos ministros del gobierno renunciaron la semana pasada después de que Petro nombrara a Armando Benedetti como su jefe de gabinete y regañara a su gabinete por no ejecutar los programas gubernamentales, en una reunión televisada que terminó en acaloradas discusiones y recriminaciones entre lágrimas.
El domingo, Petro pidió a todos los ministros de su gobierno que renunciaran para poder elegir un nuevo gabinete que aborde varios desafíos, incluida una creciente crisis de seguridad. Más de 50.000 personas en el noreste del país se vieron obligadas a huir de sus hogares en enero cuando aumentaron los combates entre grupos rebeldes.
Cristo dijo que le comunicó a Petro sus planes de renunciar el jueves pasado. En su carta de renuncia no hizo referencia al nombramiento de Benedetti como jefe de Gabinete.
El ministro de Medio Ambiente y el ministro de Cultura también dimitieron la semana pasada, diciendo en entrevistas que no querían trabajar con Benedetti.
Benedetti, un exsenador de la costa caribeña de Colombia, es un experimentado operador político que ayudó a recaudar cientos de miles de dólares para la campaña presidencial de Petro de 2022, pero también ha sido acusado de corrupción y violencia contra las mujeres.
A diferencia de muchos miembros del gabinete de Petro, Benedetti no está afiliado a partidos de izquierda y alguna vez fue partidario del líder conservador Álvaro Uribe.
En 2023, la revista de noticias colombiana Semana publicó grabaciones de una acalorada conversación entre Benedetti y uno de los colaboradores más cercanos de Petro en la que Benedetti afirmó haber recaudado casi 4 millones de dólares para la campaña de Petro e insinuó que había obtenido el dinero de fuentes ilegales.
En las grabaciones, Benedetti amenazó con derrocar al gobierno si no era recompensado con un puesto en el Gabinete por su trabajo durante la campaña presidencial.
La semana pasada, Benedetti fue acusado de corrupción por la Corte Suprema de Colombia en un caso separado, donde se le acusa de interferir ilegalmente en contratos gubernamentales adjudicados a una empresa de seguridad digital en 2017.
Bajo la administración de Petro, Benedetti se desempeñó como embajador de Colombia en Venezuela y como embajador ante la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, un puesto que estaba vacante desde 1999.
El año pasado, la esposa de Benedetti presentó una denuncia ante la policía en Madrid, en la que afirmaba que el hombre le había arrancado la ropa y la había amenazado con un cuchillo. Posteriormente se retractó de las acusaciones, que las autoridades españolas no investigaron debido al estatus diplomático de Benedetti en ese momento.
Algunos miembros del gabinete de Petro han criticado abiertamente a Benedetti, diciendo que no puede ocupar un puesto tan influyente en su gobierno progresista. La ministra de Medio Ambiente, Susana Muhamad, dijo durante la reunión televisada del gabinete de la semana pasada que «como feminista y como mujer», no se sentaría en las reuniones del gabinete con el ex senador.
Petro defendió a Benedetti en la reunión, diciendo que cree en las segundas oportunidades y acusando a quienes criticaron el nombramiento de Benedetti de ser líderes “sectarios”, que no están dispuestos a construir coaliciones políticas.
Sergio Guzmán, analista político en Bogotá, dijo que durante la campaña presidencial de 2022, Benedetti construyó alianzas con políticos de centro y derecha que movilizaron votantes para Petro, pese a las diferencias ideológicas con el líder de izquierda.
“Petro no solo está considerando el impacto inmediato de su gabinete, sino cómo posicionar a un sucesor para las elecciones (presidenciales) de 2026”, dijo Guzmán. “Y para eso, contar con un operador político es una misión fundamental”.
