![La USAID se va, y con ella los esfuerzos para combatir la cocaína y proteger la selva amazónica.](https://i0.wp.com/www.magazinelatino.com/wp-content/uploads/2025/02/usaid.jpg?resize=640%2C418&ssl=1)
BRASILANDIA / BRASIL — El desmantelamiento de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional supondrá un duro golpe a esfuerzos que incluyen la asistencia humanitaria en Colombia, los esfuerzos de conservación en la Amazonia brasileña y la erradicación de la coca en Perú, países sudamericanos que han sido una prioridad para el apoyo.
Incluso si se reanuda parte de la ayuda extranjera después de la suspensión de 90 días ordenada por el presidente Donald Trump, muchos proyectos respaldados por USAID se centran en áreas que él ha ridiculizado como ideológicas: el cambio climático, la biodiversidad y los derechos de las minorías y de las mujeres, por lo que varios receptores temen que sus proyectos ahora estén muertos.
Colombia ha sido durante mucho tiempo el mayor receptor de asistencia exterior estadounidense en América del Sur. Recientes fondos de USAID han apoyado la ayuda humanitaria de emergencia para más de 2,8 millones de venezolanos que huyeron de la crisis económica. Solo en 2024, la agencia transfirió unos 45 millones de dólares al Programa Mundial de Alimentos de la ONU, principalmente para ayudarlos.
El fin de la ayuda humanitaria estadounidense en Colombia, Brasil y otros países latinoamericanos es otro gran revés para los venezolanos en el extranjero. La semana pasada, la administración Trump también revocó un estatus migratorio temporal que había permitido que aproximadamente 600.000 personas de Venezuela permanecieran en Estados Unidos. El primer gran grupo podría ser deportado en unos dos meses.
“Los recortes de Trump afectarán a las poblaciones más vulnerables de América Latina, incluidos millones de migrantes y refugiados venezolanos, ya que las organizaciones de base que brindan atención, orientación y alimentos esenciales se quedarán sin fondos”, dijo Bram Ebus, consultor del International Crisis Group con sede en Bogotá. “Las poblaciones migrantes son blanco del crimen organizado y los grupos armados. Si los proyectos de ayuda no se reanudan rápidamente, estos grupos podrán abusar y explotar a los migrantes vulnerables”.
A pesar de que Estados Unidos es la mayor fuente de ayuda a Colombia, el presidente Gustavo Petro dijo que parte de esa ayuda no es bienvenida y tiene que desaparecer. “Cientos de funcionarios de inmigración que vigilan nuestras fronteras fueron pagados por Estados Unidos. Esta ayuda es veneno”, dijo durante una reunión de gabinete el lunes. “USAID no debería pagar nuestros salarios”.
En 2024, la agencia destinó casi 385 millones de dólares a Colombia.
Trump dijo a los periodistas el lunes que el cierre de USAID “debería haberse hecho hace mucho tiempo”. El multimillonario Elon Musk, quien lidera la reducción de costos gubernamentales para la nueva administración, calificó a la agencia como “una organización criminal”.
En Brasil, la mayor iniciativa de USAID es la Alianza para la Conservación de la Biodiversidad de la Amazonia, que se centra en la conservación y la mejora de los medios de vida de los pueblos indígenas y otras comunidades forestales. Aproximadamente dos tercios de la selva tropical más grande del mundo se encuentran en Brasil.
Una organización brasileña que USAID ha apoyado es el Consejo Indígena de Roraima, con sede en la Amazonia, que opera en 35 áreas, incluido el territorio de la tribu Yanomami, que en total abarca unos 157.000 kilómetros cuadrados (60.600 millas cuadradas), más grande que Grecia. Este apoyo directo es representativo de un cambio en USAID durante los últimos años, para priorizar la financiación de las organizaciones de base.
En una región vulnerable a la minería ilegal de oro y al narcotráfico, el Consejo Indígena de Roraima está utilizando el dinero para mejorar la agricultura familiar, la adaptación al cambio climático y la generación de ingresos para las mujeres.
Ahora todo está en riesgo, dijo Edinho Macuxi, tuxaua (líder) del Consejo Indígena. En las últimas semanas, su organización, que representa a unas 60.000 personas, despidió a trabajadores y canceló actividades por falta de fondos. “La alianza con USAID existe desde hace siete años. Si la decisión es terminarla, esto sacudirá nuestra estructura organizativa y proyectos que son muy importantes para fortalecer la economía y la autonomía de los pueblos indígenas”, afirmó.
“Nuestro mensaje al presidente Trump es que debe mantener los recursos no solo para Brasil, sino también para otros países. En Brasil, los pueblos indígenas que acceden a esta financiación son los que efectivamente mantienen en pie la mayor parte de los bosques, asegurando la vida no solo para la gente de Brasil, sino también para el mundo”, dijo Macuxi.
En los últimos años, USAID también apoyó la iniciativa de recursos sostenibles más exitosa en la Amazonia: la pesca controlada de pirarucu , el famoso pez gigante de la región. Los fondos estadounidenses construyeron un matadero donde los pescadores podían trabajar durante la captura legal. Las comunidades indígenas y ribereñas ayudaron a recuperar lo que era una especie en peligro de extinción, al mismo tiempo que obtenían ingresos y alimentos.
En 2024, USAID desembolsó 22,6 millones de dólares a Brasil. Más de la mitad, cerca de 14 millones, se destinaron a la protección ambiental general, siendo la Amazonia, que almacena cantidades cruciales de carbono de la atmósfera, una de las principales prioridades.
Para Perú, la agencia humanitaria desembolsó unos 135 millones de dólares en 2024. Parte de esa suma se destina a controlar la producción de cocaína mediante el financiamiento de alternativas como el café y el cacao. Esas iniciativas se remontan a principios de la década de 1980. Perú es el segundo mayor productor de cocaína del mundo después de Colombia, que ejecuta programas similares financiados con asistencia estadounidense.
En un comunicado, el primer ministro de Perú, Gustavo Adrianzén, dijo que su gobierno continuará con el programa de sustitución de cultivos sin financiación estadounidense. La Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas del Perú (DEVIDA) se negó a hacer comentarios sobre la congelación de la nueva administración estadounidense.
Ricardo Soberón, exdirector de DEVIDA, dijo que la pausa de la USAID es una oportunidad para revisar una alianza que no ha sido efectiva. “Siempre ha sido una ayuda condicional, con política de por medio, mínima, muchas veces demorada y no integrada con las acciones del Estado peruano”.
Soberón afirmó que la vecina Bolivia, que expulsó a la agencia estadounidense en 2013, ha logrado mejores resultados en el control de la producción de cocaína desde entonces. “A pesar de sus problemas y limitaciones externas (la crisis económica y política), la salida de USAID ha proporcionado a Bolivia un alto grado de autonomía para desarrollar políticas de control social, que han sido mucho más eficientes”.