El presidente de Kenya, Uhuru Kenyatta, elevó hoy la cifra de víctimas en el asalto con rehenes por la milicia islámica radical Al Shabab a un centro comercial de Nairobi a 39, entre los cuales se encuentran familiares suyos.
«Yo mismo he perdido a miembros de mi familia en el ataque», aseguró en un discurso dirigido a la nación, en el que se mostró convencido de que Kenia «vencerá» a sus enemigos como en anteriores ocasiones.
El presidente del país africano informó de que, por el momento, hay 39 cadáveres confirmados y 150 heridos, aunque se espera que el número aumente, ya que el centro comercial Westgate, uno de los más lujosos y concurridos de Nairobi, podría albergar varios centenares de personas un sábado por la mañana.
El ataque ha sido reivindicado por la milicia radical islámica somalí, que afirma haber matado a «más de cien» personas en represalia por la presencia de militares de Kenia en la misión de la ONU en Somalia.
«Las fuerzas de seguridad están liderando una respuesta multilateral a este ataque nuestras mientras hablo», advirtió en un discurso televisado.
El objetivo prioritario de esta acción será neutralizar a los asaltantes, asegurar el Westgate y salvaguardar la vida de la gente inocente implicada en el ataque, explicó.
«Quiero dejar claro que atraparemos a los autores huyan adonde huyan, los cogeremos, los castigaremos por este horrible crimen», aseveró Kenyatta.
Insistió en que su Ejecutivo «está preparado para defender la nación de una agresión interna y externa».
El presidente keniano lanzó este mensaje a quienes calificó como «despreciables autores de este acto cobarde», perpetrado con la intención de «intimidar, dividir y causar desánimo» en la sociedad del país africano.
En opinión del mandatario, «un país abierto y unido es una amenaza a los autores del mal en todas partes».
Kenyatta recordó que el país ya ha sufrido «ataques terroristas antes».
«Los hemos combatido y vencido dentro y fuera de nuestras fronteras, volveremos a vencerlos otra vez», se mostró convencido.
«El terrorismo es la filosofía de los cobardes», apostilló.
Finalmente, emplazó a sus compatriotas a «mantenerse unidos en este momento oscuro».
Kenyatta se comprometió a ayudar a los centenares de heridos en el asalto a recuperarse y «retornar a la vida normal tan pronto como le sea posible».
Les pidió así que acudan a los hospitales de la capital a donar sangres y a aportar la información que tengan sobre lo ocurrido.
Llamó, por último, a los kenianos a «continuar ayudando y rezando».
Desde octubre de 2011, cuando el Ejército de Kenia entró en Somalia como respuesta a una oleada de secuestros supuestamente obra de Al Shabab en el vecino territorio keniano, los radicales islámicos amenazaron a Kenia con represalias por esa iniciativa.
Desde entonces, se han registrado decenas de ataques en zonas fronterizas con Somalia, en la ciudad portuaria de Mombasa y en el propio Nairobi, que han dejado más de un centenar de víctimas hasta el momento.
Nairobi, 21 sep (EFE).-