Un colapso en la recaudación de impuestos de Colombia está haciendo sonar las alarmas en el mercado, que dice que el gobierno tendrá que lidiar con un déficit presupuestario estimado en unos 27 billones de pesos, alrededor de 6.900 millones de dólares, este año.
El ministro de Finanzas, Ricardo Bonilla, ha pronosticado ajustes fiscales en el cuarto trimestre, pero los analistas dijeron que los cambios tendrán que llegar antes, para que el país no incumpla sus objetivos fiscales o las agencias de calificación se den cuenta.
La recaudación de impuestos cayó un 40,9% en abril a 4.830 millones de dólares, lo que llevó el déficit general a unos 2.850 millones de dólares en los primeros cuatro meses del año en comparación con el objetivo.
La agencia tributaria DIAN ya ha dicho que el país no cumplirá con la recaudación objetivo de casi 2.600 millones de dólares provenientes de arbitrajes durante 2024, y una decisión judicial que permite a las empresas extractivas continuar deduciendo regalías de sus impuestos también afectará las arcas públicas.
«La situación fiscal es preocupante, tanto a nivel de gasto como de ingresos», dijo Andrés Abadía, economista jefe para América Latina de Pantheon Macroeconomics. «La economía tendrá que pagar por ello».
El gobierno necesitará hacer ajustes en su plan fiscal de mitad de año a mediados de junio si quiere evitar una crisis en la confianza de los inversores, dijeron los analistas.
El Ministerio de Finanzas no respondió a las solicitudes de comentarios.
Varias fuentes del mercado que hablaron con Reuters dijeron que el gobierno enfrenta un dilema cuando intenta reaccionar ante ingresos inferiores a los esperados: ¿debería reducir significativamente el gasto, asumir más deuda o ambas cosas?
Cualquiera de las decisiones tendría efectos fiscales, dijeron.
«Creo que (los cambios) serán insuficientes», dijo Camilo Pérez, director de estudios económicos del Banco de Bogotá. Espera recortes de gastos y que el gobierno aumente la emisión de bonos TES denominados en pesos.
Muchos analistas también esperan que el gobierno continúe con los canjes de deuda para extender los vencimientos.
Más deuda significaría un aumento en el déficit fiscal para este año a alrededor del 5,3% del producto interno bruto, cumpliendo apenas con la regla fiscal, una medida de 2011 que impone restricciones políticas para proteger las finanzas públicas.
Un déficit de ese nivel crearía volatilidad, con los inversores inseguros sobre la capacidad de controlar el desequilibrio fiscal y mayores primas de riesgo y costos financieros, dijeron los analistas.
«Aún no hemos incorporado completamente el riesgo fiscal», dijo Mauricio Guzmán, jefe de estrategia de inversión de Sura Investments, que administra una cartera de 20.500 millones de dólares, de los cuales unos 2.500 millones se concentran en deuda pública colombiana.
«Los inversores serán muy reacios a asumir riesgos hasta que haya más claridad fiscal».
Un recorte drástico del gasto podría afectar el crecimiento, lo que a su vez ejercería presión sobre las finanzas de 2025, dijo Sergio Olarte, economista jefe para Colombia de Scotiabank.
«Tendrán que presentar un presupuesto súper austero el año que viene o modificar la regla fiscal», afirmó.
