BARCELONA, 10 mayo – Los catalanes votan el domingo en unas elecciones regionales que podrían determinar la estabilidad del Gobierno liderado por los socialistas de España y también medir la fuerza de un movimiento independentista que ha sacudido al país durante una década.
Un gobierno liderado por el Partido Socialista del primer ministro Pedro Sánchez en Cataluña después de una década de gobiernos separatistas marcaría el comienzo de una nueva era, dijo el politólogo Toni Rodon.
«Si los separatistas pierden su mayoría absoluta en el parlamento, definitivamente representaría un cambio de ciclo», afirmó Rodon. «Ya veremos si esto es temporal o a largo plazo».
Pero una victoria del partido Junts reforzaría la causa separatista y crearía más problemas para Madrid. El candidato de Junts es Carles Puigdemont, quien fue presidente de Cataluña durante un desafortunado intento de arrebatarle la región a España en 2017, y ha prometido resucitar un intento de independencia.
Desde que asumió el cargo para un segundo mandato en noviembre pasado, Sánchez se ha basado en una frágil alianza con los separatistas para aprobar leyes en el parlamento nacional, ganándose la ira de sus oponentes conservadores.
Puigdemont, que enfrentó un proceso judicial en España por el fallido intento de independencia y ha estado viviendo en autoexilio pero que regresará pronto a casa gracias a una esperada amnistía, ha advertido que Junts podría retirar su apoyo si el próximo gobierno catalán es uno que él no se puede aceptar.
Las encuestas de opinión pronostican una cómoda ventaja para el candidato socialista Salvador Illa en las elecciones, por delante de Junts y su rival más moderado Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), que actualmente gobierna la rica región del noreste de España.
Los socialistas ganarían 40 escaños, Junts obtendría 34 y ERC 26, según un sondeo del periódico El País.
Pero algunas encuestas también muestran que alrededor del 40% de los votantes están indecisos, por lo que cualquier resultado es posible.
Illa ha centrado su campaña en promesas de reactivar la economía de la región, que desde la campaña independentista ha visto su economía quedar por detrás de la de Madrid.
«Cataluña ha estado funcionando muy por debajo de sus capacidades en los últimos 10 años», dijo Illa a principios de esta semana en un debate televisado, diciendo que desarrollaría energías limpias.
ENFOQUE CONCILIADOR EN ESPAÑA
Defendió el enfoque conciliador de los socialistas con los separatistas siete años después de que ignoraron una prohibición judicial y celebraron un referéndum de independencia, desencadenando la peor crisis política de España en décadas.
Puigdemont huyó a Bélgica en 2017 para escapar del procesamiento. Pero planea regresar a Cataluña gracias a un proyecto de ley de amnistía presentado por los gobernantes socialistas de España que anularía la orden de arresto que enfrenta, una vez que entre en vigor a finales de mayo o junio.
Puigdemont dijo esta semana que era el mejor candidato para «proteger y defender los intereses de los catalanes».
Fue un sentimiento compartido por Roser Aguilar, de 69 años, quien viajó a un mitin en la ciudad francesa de Argelès-sur-Mer, cerca de la frontera con Cataluña, donde Puigdemont está haciendo campaña.
«Creo que Puigdemont es el único que puede llevarnos hacia la independencia», afirmó.
Cualquier vencedor en Cataluña el domingo probablemente tendrá que gobernar en coalición, ya que ningún partido parece capaz de alcanzar el umbral de 68 escaños para obtener una mayoría por sí solo.
Si los socialistas ganan en España, podrían buscar una alianza con ERC o Junts, aunque ambos partidos separatistas lo han descartado hasta ahora.
De no ser así, podrían intentar una asociación aún más improbable con el conservador Partido Popular, su principal rival a nivel nacional.
Si llegaran al poder, Junts y ERC buscarían liderar un nuevo gobierno independentista. Pero algunas encuestas de opinión han pronosticado que no alcanzarían los escaños necesarios, incluso con el apoyo de partidos separatistas más pequeños.
Si las negociaciones postelectorales no logran llegar a un acuerdo en agosto, se repetirían las elecciones en octubre.
