Hasta principios de este año, los estrategas celebraban el regreso de la renta a la renta fija; he instó a los inversores a salir del efectivo, gracias a los mayores rendimientos de los bonos.
Pero ahora, a medida que se desvanece la perspectiva a corto plazo de recortes de las tasas de interés por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos, los inversionistas están soportando pérdidas de precios, particularmente en los fondos de bonos de mayor duración.
¿Se encamina la clase de activos de renta fija hacia otro año de pérdidas? Por otro lado, los rendimientos se han vuelto ahora aún más atractivos. Mejor aún, los bonos y las acciones se están moviendo en direcciones opuestas, funcionando como deberían para proporcionar diversificación en las carteras.
En resumen, desde aproximadamente el tercer trimestre del año pasado, los mercados descontaron con optimismo hasta seis reducciones de tasas por parte de la Reserva Federal para 2024.
Esto impulsó el actual mercado alcista de las acciones. Los bonos de mayor duración también se beneficiarían de los recortes de tipos, ya que su sensibilidad a los cambios en los tipos de interés daría lugar a mayores ganancias de capital. Esto alentó a los inversores que buscaban asegurar mayores rendimientos durante períodos más largos.
Pero los datos económicos recientes de Estados Unidos asestaron un doble golpe: un crecimiento económico más débil de lo esperado del 1,6 por ciento para el producto interno bruto del primer trimestre y una inflación subyacente más fuerte de lo esperado del 3,7 por ciento. La inflación persistente acabó con las esperanzas de recortes de tipos tempranos.
Los precios de los bonos caen cuando las tasas suben y viceversa. La Reserva Federal aún no ha tomado medidas, pero la mera expectativa de posibles recortes nulos –o muchos menos recortes en 2024 de lo previsto anteriormente– es suficiente para provocar que los precios de los bonos caigan y los rendimientos aumenten.