DUBAI – El mismo día que Irán lanzó su primer ataque directo contra Israel, se embarcó en una confrontación interna menos notoria, ordenando a la policía de varias ciudades que saliera a las calles para arrestar a mujeres acusadas de violar su estricto código de vestimenta islámico.
Las autoridades iraníes insisten en que su campaña llamada Nour (Luz) se dirige a empresas e individuos que desafían la ley del hijab, con el objetivo de responder a las demandas de ciudadanos devotos que están enojados por el creciente número de mujeres sin velo en público.
Pero los activistas y algunos políticos dicen que la campaña parece encaminada no sólo a imponer el uso obligatorio del hiyab, sino también a desalentar cualquier disidencia más amplia en un momento vulnerable para los gobernantes clericales.
Según la sharia, o ley islámica de Irán, las mujeres están obligadas a cubrirse el cabello y usar ropa larga y holgada. Los infractores se enfrentan a reprimendas públicas, multas o arrestos.
Las leyes se han convertido en un punto de tensión política desde que las protestas por la muerte de una joven bajo custodia de la «policía moral» del país en 2022 derivaron en la peor agitación política desde la Revolución Islámica de 1979.
En una muestra de desobediencia civil, mujeres sin velo han aparecido con frecuencia en público desde la muerte de Mahsa Amini, de 22 años. Las fuerzas de seguridad sofocaron violentamente la subsiguiente revuelta, que provocó la caída del gobierno.
Mientras se desarrollaba el ataque con aviones no tripulados y misiles de Irán el 13 de abril, el jefe de la policía de Teherán, Abbasali Mohammadian, apareció en la televisión estatal para anunciar la nueva campaña.
ARRESTOS
«A partir de hoy, la policía de Teherán y otras ciudades tomará medidas contra quienes violen la ley del hijab», dijo, mientras cientos de policías arrasaban las calles de la capital y otras ciudades.
Los usuarios de las redes sociales publicaron fotografías de una fuerte presencia policial moral en Teherán y vídeos de policías arrestando violentamente a mujeres que supuestamente no estaban vestidas adecuadamente, incluidas fuerzas de seguridad vestidos de civil que arrastraban a mujeres jóvenes a furgones policiales.
Las furgonetas de la policía moral habían desaparecido en gran medida de las calles desde el año pasado.
La campaña rápidamente provocó expresiones públicas de malestar.
Preocupados por lo que dicen que podría ser una brecha cada vez más profunda entre el establishment y la sociedad en general, algunos políticos han criticado la intensificación de la represión.
