Millonarios no pudo levantarse de un primer tiempo vergonzoso, en el que bolívar pudo haberlo goleado. La buena reacción de la segunda etapa resultó insuficiente y, aunque dejó la sensación de que pudo conseguir algo más, acabó perdiendo 3-2 anoche en La Paz contra Bolívar, en el grupo 5 de la Copa Libertadores.
Los de Alberto Gamero vivieron una pesadilla en el primer tiempo. Bolívar, un equipo que ya había mostrado credenciales en la primera etapa, se lo llevó por delante, sin ninguna resistencia de parte de una defensa a la que, si uno no les lee los nombres en la camiseta, no cree que, de verdad, eran Montero, Alfonzo, Moreno Paz, Vargas, Hernández y Giraldo.
Antes de los diez minutos, el equipo de Alberto Gamero ya tenía dos adentro. A los tres minutos, un centro de Ramiro Vaca desde la izquierda atravesó el área sin que se interpusiera una pierna, siquiera una mirada, de la defensa de Millos. El que sí la estiró fue José Sagredo para hacer el primero.
Luego, a los 10, Juan Pablo Vargas repitió el error que costó el penalti con el que Flamengo se fue arriba en El Campín, al entregar mal una pelota y dejar el equipo jugado. Ni Giraldo ni Moreno Paz pudieron parar a Francisco da Costa, que se fue abriendo espacio hasta llegar al borde de las 18 y rematar frente a la muy débil resistencia de Montero.
Para fortuna de Millonarios, Bolívar levantó el pie del acelerador y el equipo colombiano tuvo un respiro. Además, con la ayuda del VAR, que le avisó al árbitro Guillermo Guerrero que la falta de Yomar Rocha a Daniel Ruiz merecía algo más que la tarjeta amarilla que había sacado inicialmente y así, Bolívar quedó con uno menos, en el minuto 25.
El hombre de más no se notó y Bolívar, más bien, aprovechó para hacer el tercero, a los 34, en un centro de Saucedo y un cabezazo en el primer palo del brasileño Bruno Savio, con una defensa que seguía sin despertar de su pesadilla.
Millonarios descontó a los 45, con un centro de Daniel Ruiz y un cabezazo de Leonardo Castro, nuevamente con una revisión favorable del VAR, que buscaba un fuera de juego que no existió. El oxígeno llegó primero en la cancha que en el camerino con ese 3-1.
Gamero hizo dos cambios en el intermedio. Lo difícil no era escoger quién entraba, sino quién salía. Se fueron Daniel Giraldo, de terrible primer tiempo, y Émerson Rodríguez. La apuesta fue por Stiven Vega al lado de Pereira y por Santiago Giordana al lado de Castro.