El jueves, una jueza federal rechazó el intento de Donald Trump de desestimar su caso penal por documentos clasificados y se mostró escéptico durante horas de argumentos, para sabotear la acusación antes del juicio.
La jueza de distrito estadounidense Aileen Cannon emitió una orden de dos páginas diciendo que, aunque el equipo de Trump había planteado “varios argumentos que justificaban una consideración seria”, no merecía la desestimación de los cargos.
El caso involucra cajas de registros, algunos altamente clasificados, que Trump llevó a su propiedad de Mar-a-Lago cuando dejó la Casa Blanca.
Cannon, quien fue designada para el cargo por el expresidente, había dejado claro durante más de tres horas y media de argumentos que se mostraba reacia a desestimar uno de los cuatro casos penales contra el presunto candidato presidencial republicano para 2024.
En un momento dijo que una desestimación de la acusación sería “difícil de ver” y que sería “un paso bastante extraordinario” derogar un estatuto de la Ley de Espionaje que sustenta la mayor parte de los cargos de delitos graves contra Trump, pero que sus abogados afirmar es inconstitucionalmente vago.
El fallo de Cannon es una victoria modesta para el equipo del fiscal especial Jack Smith, que además del caso de documentos clasificados está llevando a cabo un procesamiento separado contra Trump por cargos de conspiración para anular los resultados de las elecciones presidenciales de 2020.
Pero dejó preguntas sin respuesta sobre cuándo el caso podría pasar a juicio y sólo cubrió una de las dos mociones presentadas ante el tribunal el jueves.
Cabe mencionar, que sigue pendiente una moción separada sobre si, en virtud de la Ley de Registros Presidenciales, a Trump se le permitió conservar los documentos después de abandonar la Casa Blanca, pero el juez tampoco pareció dispuesto a desestimar el caso por esos motivos.
«Es difícil ver cómo esto lleva a que se desestime una acusación», le dijo a un abogado de Trump.