Subido en su mejor racha de la temporada en la Ligue 1, con cinco victorias seguidas, el París Saint Germain ya es el líder de la competición francesa con la combinación efectiva de los goles de Kylian Mbappé, autor del 0-1 a los dos minutos y medio, del 0-2 al inicio de la segunda parte y del 0-3 en el tramo final, y las siete paradas de Donnarumma, algunas decisivas para sostener al vigente campeón.
No fue mucho más allá el conjunto parisino de eso en su visita al Reims, el cuarto de la clasificación. Al menos, hasta el 0-2. Pero ya es muchísimo para cualquier adversario en un torneo con la superioridad que se le presupone al conjunto de Luis Enrique Martínez, aunque no haya alcanzado la cima hasta la duodécima jornada: empató el Niza el viernes, lo aprovechó el PSG el sábado.
Todo empezó y terminó en Mbappé. Un fenómeno indispensable para el París Saint Germain. Cada vez más. Por más figuras que lo rodeen, siempre sobresale él. Por más fichajes que lleguen, en ese anhelo constante del actual campeón de transformar tantas individualidades en un bloque de verdad, depende de su goleador más incontestable. Lo necesita. Es crucial.
Le ha ocurrido toda la temporada. También la anterior. Y quizá antes. También sucedió este sábado en Reims. En dos minutos y 35 segundos. Entre los silbidos de la hinchada rival, en unos instantes, en la segunda vez que tocó la pelota, marcó el 0-1 con el que el PSG construyó una vez más su victoria. Su volea fue estupenda, con el interior del pie derecho, cruzada, a la esquina contraria, tras un centro de Dembelé desde la derecha.
No existió el PSG en ataque en todo el recorrido hacia el descanso. Y ahí recurrió a Donnarumma. Formidable. Primero, en el minuto 5, ya con 1-0 en el marcador. Después, aliviado cuando el árbitro anuló por fuera de juego el 1-1 de Junya Ito por la posición ilegal en el comienzo de la acción de Damary, al borde del minuto 7.
No bastó como aviso. Hubo más intervenciones en ese tramo. Otra del portero italiano a Ito. Otra, estupenda, a Richardson tras un barullo en el área. La felicitación de Marquinhos y Skriniar demostró la dimensión de tal parada. Luego, a un centro chut de Ito, al que se estiró de nuevo. Y también a un cabezazo de Okumu, hasta que en el minuto 58, de repente, marcó Mbappé.
El pase fue de Carlos Soler, que entregó el 0-2 para tranquilidad del París Saint Germain, que aún requirió dos nuevas apariciones decisivas de Donnarumma, que solventó fantástico una volea de Munetsy, al que de nuevo le hizo otra gran parada para cerrar definitivamente su portería, antes del 0-3. También de Mbappé. Aún estrelló otro tiro en el larguero. Es el nuevo líder de la Ligue 1. Por su goleador y su portero. Una combinación imparable.