El primer ministro de Trinidad y Tobago, Keith Rowley, instó a Canadá a ayudar a los países caribeños a reforzar su seguridad ayudando con patrullas costeras mientras la región lidia con el empeoramiento de la violencia armada.
Rowley habló en una cumbre en Ottawa donde se espera que líderes de Canadá y las naciones caribeñas del bloque Caricom discutan el cambio climático, el desarrollo económico, la migración, la seguridad y el conflicto en Haití.
«Tenemos una situación de delitos violentos que empeora», explicó Rowley. «Lo consideramos un problema de salud pública. Hay pocas enfermedades que matan a tantas personas en Caricom como las armas y municiones».
Rowley agregó en una sesión de seguridad a la que asistió su homólogo canadiense Justin Trudeau que sería beneficiosa una mayor cooperación entre Canadá y Caricom y especificó la necesidad de mejores patrullas costeras.
«Es muy posible que, conversando con su gente, podamos encontrar alguna ayuda al respecto», dijo.
Rowley describió una «explosión» en el uso de armas de fuego ilegales, incluidos rifles de asalto, que contribuye a los asesinatos violentos de alrededor de 50 personas por día en toda la región.
Rowley aseguró que había enfatizado ante los representantes estadounidenses la facilidad con la que las armas de fuego fabricadas en Estados Unidos están ingresando al Caribe, e instó a Canadá a ayudar brindando acceso a pequeñas patrullas costeras, seguridad cibernética y capacitación policial.
A principios de este mes, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobó una fuerza internacional solicitada por el gobierno no electo de Haití el año pasado en un intento por ayudar a la policía local a restablecer el orden. La fuerza se basaría en contribuciones voluntarias.
Después de que Kenia se ofreciera a liderar la fuerza, su parlamento suspendió temporalmente los despliegues. A medida que las condiciones de seguridad empeoraron, muchos haitianos abandonaron el país y más de 200.000 se convirtieron en desplazados internos.
