Colombia está encendiendo motores para ir al próximo Mundial, y estos puntos contra Venezuela, con la victoria 1-0 tan sufrida y luchada, no se podían son un ejemplo de ello.
El primer tiempo fue de angustia y un segundo de alivio tras el gol de Borré que desató la euforia en Barranquilla y espantó los miedos que merodeaban el estadio.
Se presentía que iba a ser difícil entrar al terreno venezolano, pero lo que no se imaginaba Colombia es que iba a ser tan demorado.
El panorama de Colombia era complicado. A Borré no le llegaba el balón, a Lucho le caían dos y tres rivales y hasta le anularon un gol por fuera de juego, a Mateus le sacaron un buen disparo, a Cuadrado otro, Mina no sabía si defender o lanzarse a ayudar arriba, y mientras tanto James y Quintero y Carrascal se mordían los labios en el banco.
La estrategia de Lorenzo para el segundo tiempo fue acertada: sacar a Cuadrado e incluir a Carrascal. No llevaba ni 20 segundos en la cancha cuando gestó el gol, condujo la pelota desde la mitad y la paso a la banda para que Arias tirara un centro y Borré se levantara y clavara su cabezazo letal.