El ministro de Educación de Quebec, Bernard Drainville, intentó tranquilizar a los padres el miércoles al confirmar que en la provincia todavía faltan miles de maestros pocos días antes del inicio del año escolar.
A pesar de lo que el ministro describió en una conferencia de prensa matutina como un “gran desafío”, indicó que el objetivo del gobierno es garantizar que ninguna aula se vea obligada a cerrar por falta de docentes.
El ministro señaló que hasta la semana pasada había al menos 8.558 puestos docentes vacantes (1.859 a tiempo completo y 6.699 a tiempo parcial) en la provincia, más de tres mil más que el número oficial, aunque posiblemente incompleto, del mismo período del año pasado.
Insistió en que es optimista a pesar de la inmensa escasez de personal, señalando la capacidad de la provincia el año pasado para cubrir la mayoría de los más de 5.000 puestos docentes abiertos que quedaban en las semanas previas al inicio del año escolar.
Drainville admitió, sin embargo, que Quebec tendrá que seguir dependiendo de lo que llamó individuos “no legalmente calificados” (que no tienen certificados o títulos de enseñanza) para llenar las aulas. Repitió que su objetivo es tener al menos “un adulto” en cada salón de clases cuando las escuelas vuelvan a abrir la próxima semana.
Al comentar la situación el miércoles, el premier François Legault aseveró que no había una solución mágica para solucionar la escasez, dado que a los estudiantes de programas educativos les lleva años terminar sus títulos de enseñanza e ingresar a la fuerza laboral. Hizo un llamamiento a los docentes existentes para que “no se rindan” a pesar de los desafíos que afectan al sistema educativo.
Mientras tanto, Drainville también anunció su intención de prohibir los teléfonos móviles en la mayoría de las clases de Quebec, diciendo que los dispositivos son una distracción para los estudiantes. Dijo que planea llevar el tema ante el gabinete provincial y que a partir de entonces se enviará una directiva a las escuelas “lo más rápido posible”.
