Al menos 5 personas murieron y otras 8 continúan atrapadas bajo los escombros o desaparecidas después de que un edificio residencial se desplomó en la ciudad brasileña de Paulista, informaron este viernes los bomberos.
El Cuerpo de Bomberos de Paulista, en la región metropolitana de Recife, la capital de Pernambuco, confirmaron que entre las víctimas está una mujer de 43 años, 3 hombres, 2 de 21 y otro de 45, y un menor de 12 años. Un joven de 18 años que fue rescatado con vida de entre los escombros, murió camino al hospital.
Según las autoridades de las ocho personas que continúan desaparecidas, cinco son menores de edad.
Las labores de rescate continúan en horas de la noche con el apoyo de perros entrenados y equipos de remoción de escombros.
Dos mujeres rescatadas con vida fueron remitidas con fracturas a un hospital del municipio, mientras que otras cuatro personas, que no forman parte de la lista de 19 ocupantes del edificio y vivían en un predio contiguo, tuvieron heridas leves.
El desplome ocurrió en medio de las fuertes lluvias que desde hace dos semanas tienen a la región metropolitana de Recife en estado de alerta y que este viernes provocaron otros derrumbes, inundaciones, caídas de árboles y postes y varios accidentes de tránsito.
El edificio, en el conjunto residencial de vivienda popular Beira-Mar, había sido cerrado por una orden judicial en 2010 que alertaba de los peligros, pero dos años después volvió a ser ocupado -sin autorización- por los propietarios.
En 2018, una inspección del Cuerpo de Bomberos sugirió una nueva desocupación y el jueves, un día antes de la tragedia, una aseguradora del banco estatal que financió los apartamentos emitió un relato similar sobre los peligros del inmueble.
En abril pasado, seis personas murieron aplastadas por escombros después de que otro edificio residencial se desplomó en la ciudad vecina de Olinda, también en la región metropolitana de Recife.
El desplome ocurrió en el edificio Leme, un predio de tres plantas en el humilde barrio de Jardim Atlântico, que tenía igualmente una orden de desalojo de sus moradores desde 2000 por el riesgo de derrumbe.