En medio de la pandemia global y buscando una mejor vida para su familia, Mauricio Ortiz y su esposa Elizabeth llegaron a Canadá el 15 de enero de 2021. Sin embargo, su sueño se vio empañado por una serie de eventos desafortunados y decisiones injustas que los llevaron al borde de la deportación. Esta es la historia de Mauricio Ortiz y su lucha contra un sistema que no ha sido compasivo ni generoso, a pesar de los desafíos que enfrenta su familia.
Dificultades desde el principio
Desde el inicio, Mauricio y su esposa tuvieron dificultades para establecerse en Canadá. A pesar de haber ingresado como tercer país seguro, lo que les permitía solicitar asilo, su caso pronto se enfrentó a obstáculos. Durante una audiencia, el comisionado se sorprendió al no contar con las pruebas presentadas por el abogado de Mauricio y negó la solicitud de asilo.
“Llegué con mi esposa Elizabeth, ella es enfermera en Colombia, yo soy psicólogo, tenemos dos hijas, Luna de 14 años en este momento y Sofía de 11 años. En octubre del 2021 nos hicieron la audiencia y pues empezamos a tener dificultades desde ese momento. Desde el primer día que fuimos a la audiencia, el comisionado me preguntó que por qué yo era víctima de estas personas en mi país y le dije que en el momento que salí en medios de comunicación. Entonces el comisionado se sorprendió, dijo yo que yo no tenía esas pruebas, eran unas pruebas que yo había pasado al abogado y el abogado de nunca utilizó para mi proceso”, explica Mauricio.
En este caso queda de manifiesto los malos manejos que hacen los despachos legales en Canadá que se aprovechan de los migrantes y también del Gobierno que mediante un mecanismo ofrece apoyo y soporte a gente que no tiene recursos económicos.
Problemas de salud y falta de acceso a tratamiento
A medida que la familia luchaba por encontrar su lugar en Canadá, su hija Sofía comenzó a experimentar problemas psicológicos. Sin embargo, debido a la pandemia y otras circunstancias, acceder a un tratamiento continuo resultó difícil, y solo recibieron citas esporádicas. Por si fuera poco, en octubre de 2021, a Elizabeth se le informó que necesitaba un trasplante de cadera debido al deterioro de su prótesis colombiana.
Decisiones injustas y falta de representación legal adecuada
En enero de 2022, recibieron la noticia de que su solicitud de asilo había sido negada y que no tenían derecho a apelación debido a su estatus de tercer país seguro. A pesar de que los testigos los respaldaron y el caso parecía creíble, el comisionado argumentó que su país de origen contaba con recursos para su protección. Buscaron un nuevo abogado y llevaron el caso a la Corte Federal, pero desafortunadamente, también fallaron en su contra.
“Nos llega la decisión del comisionado donde nos niega una nueva audiencia. Quedamos muy sorprendidos, de hecho, el abogado, todos no lo esperábamos. Entre las respuestas que nos dieron es que fuimos testigos creíbles pero que mi país estaba en la capacidad de darnos armas escoltas, armamento, munición, telecomunicaciones, chalecos antibalas y camioneta blindada para nuestra protección. Todo ello son cosas absurdas que no pasan. Entonces por haber entrado como tercer país seguro no teníamos derecho a una apelación, sino que teníamos que acudir directamente a la Corte Federal, para lo cual conseguimos otro abogado el cual llevó el caso y en febrero del 2023 la Corte Federal falló en nuestra contra”, añade.
Y destaca que “desafortunadamente, nos dimos cuenta con el tiempo que el abogado no había metido alegatos de conclusión, en el momento que el juez les pregunta a las dos partes que si querían hacer algún tipo de intervención los dos guardaron silencio entonces pues eso también creemos que ayudó a que perdiéramos ese alegato en la corte federal” demostrando que su falta de preparación y compromiso con nuestro caso obviamente afectó todo y no les importó que estaba en juego nuestra seguridad como familia.
Mauricio intentó buscar empleo, pero en enero de 2022 sufrió un grave accidente que lo dejó incapacitado. A pesar de su lesión y la cirugía posterior, su situación médica no fue tomada en cuenta en el proceso de inmigración. Además, la persona que se suponía los ayudaría con el proceso humanitario no cumplió con su responsabilidad, lo que llevó a un mayor retraso y frustración.
En noviembre de 2022, recibieron la noticia de que serían deportados. A pesar de estar en proceso de una solicitud humanitaria y de la condición médica de Mauricio y su esposa, las autoridades de migración se mostraron insensibles a su situación. A medida que luchan contra el tiempo, la familia espera que su solicitud humanitaria les brinde una oportunidad para quedarse en Canadá, pero también saben que este proceso puede llevar tiempo.
“Presentamos hace 20 días la humanitaria. Sin embargo, para el 18 de mayo fuimos citados nuevamente a Migración, donde nos dicen que ya tenemos que salir del país y yo le digo que por favor no nos saque todavía, que mi esposa está en recuperación. A ella la operaron de su cadera el 25 de abril. Aún no ha tenido el primer control con ortopedista. Mi hija Sofía ingresó a una lista de espera de dos años para un programa siquiátrico”, explica.
Mauricio todavía tiene fe y esperanza de que en algún momento aflore esa bondad y generosidad que caracteriza en general a los canadienses y que se analice con profundidad su caso bajo todos los matices y no solamente en blanco y negro.
La voz de los niños inmigrantes
En medio de todas las dificultades, las hijas de Mauricio y Elizabeth han decidido alzar la voz. Han creado una organización llamada «Las voces de los niños inmigrantes también cuentan» y han compartido su historia en las redes sociales. A través de su cuenta de Instagram, buscan generar conciencia sobre los desafíos que enfrentan los niños inmigrantes y abogan por un trato más humano y justo.
La historia de Mauricio Ortiz y su familia es un testimonio de la lucha contra la adversidad y la injusticia en el sistema de inmigración. A pesar de los obstáculos y la falta de compasión, la familia continúa buscando una solución que les permita quedarse en Canadá, donde esperan construir una vida mejor y más segura. Mientras tanto, su historia nos recuerda la importancia de la empatía y la comprensión hacia aquellos que buscan un refugio y una oportunidad en un nuevo país.
Historia de Mauricio Ortiz