Habrá duelo milanés en las semifinales de Liga de Campeones. El Giuseppe Meazza acogerá en mayo por partida doble el derbi de los derbis en Italia, ese que hace 20 años que no se daba en unas semis de la máxima competición de Liga de Campeones, cuando en la 2002-03 el Milan se impuso a su vecino ‘nerazzurro’ y levantó la ‘orejona’.
La 2002-03 fue una campaña especial para el fútbol italiano, para el ‘calcio’. No solo hubo unas semis italianas, sino que la final fue también entre combinados transalpinos, con el Juventus llegando al encuentro decisivo de Old Trafford por la otra parte del cuadro.
En aquella temporada, los ‘rossoneri’ estaban dirigidos desde el banquillo por Carlo Ancelotti, mientras que los ‘nerazzurri’ estban bajo el mando argentino Héctor Cúper era el técnico.
Jugadores como Maldini, Nesta, Shevchenko, Rui Costa, Gattuso, Inzaghi o Seedorf comandaban al Milan contra los Zanetti, Cannavaro o Crespo en un ‘Derbi della Madonnina’ que fue la máxima expresión del fútbol italiano. Un duelo de poder a poder, un choque en el que estaba en juego mucho más que una final, en el que el honor de ver quién mandaba en la ciudad podía con todo.
Quizá ahora los jugadores no tienen tanto nombre, ni el fútbol italiano está en boga. Pero el sentimiento que reside y que se despierta en la ciudad es exactamente el mismo. Y más en Liga de Campeones. Pioli hará de Ancelotti, Inzaghi de Cúper, Bastoni de Cannavaro y Tonali de Gattuso.
No fue en esa campaña 2003, sin embargo, en la que se encontraron por última vez en Liga de Campeones. Lo hicieron poco después, en la 2004-05, pero en cuartos. De esa fecha, del 12 de abril de 2005 data el último enfrentamiento entre ambos en Liga de Campeones.
Un choque que es recordado por muchos como ‘El derbi de la vergüenza’ dado lo ocurrido en el Meazza en lo que era el partido de vuelta. Con el 2-0 cosechado en la ida, el Milan tenía ventaja para llegar a la final. Shevchenko marcó el 0-1 en la vuelta y abrió mucho más la grieta teniendo en cuenta el valor doble de los goles. Al Inter no le valían tres goles, necesitaba cuatro.
Y cuando consiguió el primero mediante Cambiasso, el colegiado lo anuló. La decisión no fue bien recibida por la Curva Norte, la sección más radical del Inter, que empezó a lanzar objetos desde la grada.
Vengalas, bombas de humo y demás objetos inundaron el césped. De hecho, uno de estos golpeó en el hombro de un Dida que tuvo que ser sustituido por Abbiati. El partido quedó suspendido durante 26 minutos, generando una de las imágenes más recordadas de la historia del fútbol. Esa foto de Materazzi con Rui Costa observando desde la lejanía el infierno que se había formado en la grada y que llegaba al verde.
Los datos dicen que el Milan siempre llegó más lejos cada vez que ha habido tres equipos italianos en cuartos de final. Pero el fútbol siempre ha demostrado ir un paso por delante de la estadística y del ‘big data’. En mayo Milan e Inter dirimirán unas semifinales con un aroma nostálgico. El derbi más bonito de Italia centrará todos los focos de Italia, como lo hiciera en 2003, por un hueco en toda una final de ‘Champions’.