El presidente venezolano, Nicolás Maduro, ha colocado la lucha contra la corrupción en el centro de la agenda política del país, caldeando los ánimos con la oposición, que no cree en la voluntad del Gobierno de atacar este flagelo y teme que se convierta en excusa para perseguir con motivos políticos.
Un día después de que Maduro anunciara en un acto público que pedirá poderes especiales para «ir a fondo» contra la corrupción, el chavismo y la oposición se acusaron mutuamente hoy de amparar a corruptos en sus filas.
Maduro dijo ayer que declararía una «emergencia nacional» para combatir la corrupción y que no dudará en cambiar «todas las leyes» de ser necesario.
«Voy a pedir poderes especiales para ir a un proceso de reforma de las leyes y de cambio de la institucionalidad para ir a un combate a fondo», afirmó Maduro.
Con la temperatura política subiendo cuando faltan cuatro meses para las próximas elecciones municipales, la oposición no tardó en reaccionar y en calificar hoy de «sospechosos» los últimos movimientos de Maduro contra la corrupción, mientras el chavismo promovía una condena parlamentaria al partido opositor Primero Justicia (PJ) en nombre de esa lucha.
El líder de esa formación, Henrique Capriles, dijo hoy en su programa de televisión semanal que Maduro utiliza la lucha contra la corrupción como una cortina de humo para desviar la atención de los «verdaderos problemas» del país y que la forma de acabar con el flagelo es «salir» del Gobierno.
«Los corruptos, y hay que decirlo una y otra vez, están en el Gobierno», señaló.
«Todo esto que usted está viendo que están haciendo es para tratar de lavarse la cara ¿y lavarse la cara frente a qué?, frente a los verdaderos problemas, los graves problemas que viven los venezolanos todos los días», agregó.
Capriles calificó de «mundo al revés» las acusaciones de corrupción del Gobierno hacia la oposición, que han salpicado a diputados e integrantes de la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), entre ellos, al diputado Richard Mardo, desaforado por la mayoría chavista del Parlamento.
Desde el chavismo, insistieron en defender la nueva ofensiva contra la corrupción, señalando que la lucha contra el problema tiene que ser «sin cuartel».
«Esa lucha tiene que ser sin cuartel, sin tregua contra este flagelo que viene del sistema capitalista (…) y creemos que una buena parte de la legislación debe ser revisada en profundidad», indicó el diputado oficialista Julio Chávez al canal estatal Venezolana de Televisión (VTV).
Chávez no dejó pasar la oportunidad de atacar a la oposición por lo que consideró que es un intento de «banalizar» esa lucha, y dijo que el partido Primero Justicia «surgió de la corrupción» y que es «común» que sus dirigentes actúen con esos principios.
Los cruces entre ambos bandos tuvieron su correlato hoy en la sesión de la Asamblea Nacional (Parlamento Unicameral), donde la mayoría chavista acusó al partido de Capriles de ser una fuerza «corrupta» por presuntamente financiarse de manera ilegal.
Los parlamentarios chavistas afirmaron que en el partido Primero Justicia (PJ), al que pertenece Capriles, se practica el narcotráfico, la prostitución y hasta la trata de blancas.
«Hemos propuesto este acuerdo para que el país conozca detalles que son rasgos característicos del comportamiento de una elite política corrupta que pretende dirigir este país y apropiarse de los espacios políticos a través del uso de dineros turbios», dijo el diputado oficialista Andrés Eloy Méndez al abrir el debate.
Las acusaciones fueron rechazadas por la oposición, que acusó al Gobierno de montar un «show» para que no se discutan problemas como la inflación o la inseguridad.
La fiscal general de Venezuela, Luisa Ortega Díaz, informó el fin de semana que el Ministerio Público ha detenido a 50 personas y acusado a 53 bajo cargos de corrupción entre el 26 de julio y el 7 de agosto.
El Gobierno ha anunciado detenciones en empresas estatales y en el Fondo Chino-Venezolano e incluso se ha actuado contra dirigentes chavistas como Luis Enrique Gallardo, hasta el año pasado gobernador del estado Guárico (centro).
Venezuela es considerado por la ONG Transparencia Internacional como uno de los países más corruptos del mundo, al ubicarse en su índice 2012 en el puesto 165 de 176 países, solo superado por naciones como Sudán, Afganistán o Corea del Norte.
Inés Guzmán / Caracas, 13 ago (EFE).-