El presidente de Colombia, Gustavo Petro, declaró que había suspendido un alto el fuego con el Clan del Golfo, la organización criminal más grande del país, porque había atacado a la policía.
“He ordenado a las Fuerzas Armadas que reactiven todas las operaciones militares contra el Clan del Golfo”, indicó Petro en un tuit. “No permitiremos que sigan sembrando zozobra y terror en las comunidades”.
El alto el fuego con el Clan, también conocido como Autodefensas Gaitanistas (AGC), fue parte de los esfuerzos para poner fin a la participación del grupo en el conflicto interno de Colombia, que ha causado la muerte de al menos 450.000 personas. Anunciado en la víspera de Año Nuevo, estaba programado para durar seis meses.
Días antes, en una entrevista radial del 13 de marzo, Petro acusó al grupo de destruir un acueducto municipal en la provincia de Antioquia en medio de bloqueos de carreteras relacionados con protestas de mineros de oro informales. Petro aseguró en ese momento que el grupo había «roto el alto el fuego» y que no había posibilidad de negociaciones con el grupo si continuaban los ataques.
Horas antes, las autoridades informaron que seis vehículos fueron quemados en la zona del Bajo Cauca, en el departamento de Antioquia, en un hecho presuntamente vinculado a la protesta minera.
El ministro de Defensa, Iván Velásquez, aseguró a los periodistas el domingo por la noche que el gobierno no tenía dudas de que el Clan era responsable del acto violento, así como del ataque con rifle contra las fuerzas del orden, al que Petro se había referido en un tuit más temprano ese día.
Velásquez dijo que las fuerzas militares y la policía nacional tenían órdenes de desarrollar «operaciones ofensivas contra el Clan del Golfo». Agregó que había más de 10.000 miembros de las fuerzas del orden en la región.
Para evitar incidentes similares, Velásquez instó a los camioneros que pasan por las zonas de conflicto a unirse a las caravanas programadas que estarían protegidas por las fuerzas de seguridad.