El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, habló este lunes por teléfono con su homólogo brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, al que invitó a visitar Washington a principios de febrero para llevar a cabo «consultas a fondo» sobre varios temas.
Según un comunicado de la Casa Blanca, Lula aceptó la invitación durante la conversación telefónica, en la que Biden condenó «la violencia y el ataque contra instituciones democráticas» de Brasil, así como contra la «transferencia pacífica del poder».
El mandatario estadounidense también reiteró «el apoyo inquebrantable de EE.UU. a la democracia de Brasil y a la voluntad libre del pueblo brasileño como fue expresada en las recientes elecciones presidenciales que Lula ganó».
EE.UU. condenó de inmediato la violencia en el país suramericano, tras el asalto del domingo de miles de seguidores radicales del expresidente brasileño Jair Bolsonaro a las sedes del Parlamento, la Presidencia y el Tribunal Supremo en Brasil.
Varios legisladores demócratas presionaron este lunes a Biden para que expulse de EE.UU. a Bolsonaro, que se encuentra en Florida.
Bolsonaro decidió no estar presente en la ceremonia de investidura de Lula, como manda la tradición, el pasado 1 de enero en Brasilia, y voló antes a Florida (EE.UU.), siendo todavía presidente, en el avión presidencial.
El portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, dijo hoy en una rueda de prensa que su país está a la espera de cualquier petición de ayuda de las autoridades de Brasil en las investigaciones relativas al ataque del domingo y Bolsonaro, aunque por el momento no ha recibido ninguna solicitud.
«Estamos a la espera de cualquier solicitud de ayuda por parte de nuestros socios brasileños, de las autoridades brasileñas, tanto si es a través de canales diplomáticos, como si es a través de los canales de seguridad, y por supuesto responderemos a esas peticiones de la forma adecuada», señaló Price.