El presidente estadounidense, Joe Biden, presumió de que, al contrario de lo que predecían algunas encuestas y analistas, no se produjo una «ola roja» del Partido Republicano, pero dijo que entiende la frustración que han expresado en las urnas parte de los votantes.
«Creo que fue un buen día para la democracia y creo que fue un buen día para EE.UU.», empezó diciendo Biden tras las elecciones del martes, donde las proyecciones de los medios dan unos resultados muy ajustados para demócratas y republicanos en ambas cámaras del Congreso, con ligera ventaja para los conservadores.
En una rueda de prensa en la Casa Blanca, Biden reivindicó el optimismo que había mostrado durante toda la campaña y aseguró que los demócratas tuvieron una actuación «fuerte» al lograr mantener algunos de los escaños más disputados y mitigar una «ola roja», el color asociado con el Partido Republicano en Estados Unidos.
Pese a que todavía no se saben los resultados, se comprometió a trabajar con la oposición republicana y dijo entender el malestar que algunos estadounidenses expresaron en las urnas.
«Los votantes están claramente todavía frustrados, lo entiendo», aseveró el mandatario.
Con el escrutinio ya bastante avanzado, aún no se sabe qué formación controlará la Cámara Baja y el Senado, ahora en manos demócratas.
Sin embargo, ha quedado claro que no hubo una «ola roja» republicana, tal y como apuntaban varias encuestas y analistas que hablaban de la posibilidad de que los conservadores se impusieran por amplios márgenes a los demócratas, tanto en el Senado como especialmente en la Cámara de Representantes.