Un grupo de soldados dirigidos por el capitán del Ejército de Burkina Faso Ibrahim Traoré, dio hoy un golpe de Estado y derrocó al líder de la junta militar que dirigía el país, teniente coronel Paul-Henri Sandaogo Damiba.
En un mensaje dirigido a la nación en la televisión estatal, los golpistas anunciaron la disolución de la Constitución y del Gobierno de transición, así como el cierre de las fronteras nacionales tras un día marcado por la confusión debido a la sublevación de militares en la capital, Uagadugú.
Detonaciones y disparos
Según constató Efe, los soldados están presentes en los alrededores de la televisión nacional (cuya señal está cortada), la céntrica rotonda de Naciones Unidas, en la avenida Kwame Nkrumah, donde se encuentra la sede de la Unión Europea, y el barrio residencial Ouaga 2000.
En el centro de la capital, Efe pudo ver a ciudadanos aplaudiendo a los soldados que custodiaban ciertas calles de la ciudad, así como a manifestantes que portaban banderas rusas (mercenarios rusos ayudan al vecino Mali en la lucha antiyihadista) y pedían a los militares sublevados el derrocamiento de Damiba.
También se escucharon detonaciones de madrugada en el cuartel militar General Baba Sy, donde comenzó el pasado 24 de enero el golpe de Estado liderado por el actual presidente de transición, y que más tarde dieron paso al sonido de tiros esporádicos.
Estas circunstancias tienen lugar después de que el pasado 26 de septiembre un convoy de suministros que iba escoltado por el Ejército burkinés fuera atacado por terroristas cerca de la norteña ciudad de Gaskindé (provincia de Soum, región del Sahel).
El balance provisional oficial fue de once cuerpos de militares encontrados, 28 heridos (20 de ellos soldados, un voluntario por la defensa de la patria -civiles que colaboran con las Fuerzas Armadas- y 7 civiles) y unos cincuenta civiles desaparecidos.
También este jueves acaeció una protesta en Bobo-Dioulasso, la segunda ciudad del país, en la que los manifestantes portaban pancartas donde podía leerse «Damiba dimisión» o «Queremos la paz».
Burkina Faso soporta frecuentes atentados yihadistas desde abril de 2015, cometidos por grupos ligados tanto a Al Qaeda como al Estado Islámico, cuyas acciones afectan a diez de las trece regiones del país, especialmente al norte.
La inseguridad ha provocado que el número de desplazados internos en Burkina Faso ascienda ya a casi dos millones de personas, según los datos del Gobierno.
En noviembre de 2021, un ataque contra un puesto de la Gendarmería causó 53 muertos (49 gendarmes y 4 civiles), lo que generó un gran descontento social que se tradujo en fuertes protestas para exigir la dimisión del presidente burkinés, Roch Marc Christian Kaboré.
Unos meses después, el pasado 24 de enero, los militares liderados por Damiba tomaron el poder en un golpe de Estado -el cuarto en África occidental desde agosto de 2020- y depusieron al presidente.