En las horas que siguieron al anuncio de Trudeau el martes, el gobierno de la Isla del Príncipe Eduardo manifestó que declararía un feriado legal por única vez para todos los trabajadores regulados por la provincia, y que las oficinas del gobierno provincial y las escuelas públicas estarían cerradas.
Un comunicado indicó que la provincia “reconoce que muchos servicios esenciales y algunos empleadores deberán continuar operando según lo programado”, y que tales empresas seguirán las disposiciones para los empleados que trabajan en días festivos legales.
Nueva Escocia, Nuevo Brunswick y Terranova y Labrador también dijeron que observarían el día nacional de luto cerrando escuelas y oficinas gubernamentales, pero mantuvieron que el feriado era opcional para los empleadores del sector privado.
Y Manitoba agregó que cerraría servicios y oficinas gubernamentales no esenciales, pero mantendría abiertas las escuelas y las guarderías.
Antes de la ráfaga de decisiones provinciales, Trudeau había dicho que trabajaría con las provincias y territorios para asegurarse de que estén «alineados».
Las organizaciones que representan a las empresas instaban a los gobiernos a no reconocer el día de luto como un feriado pagado.