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Reina Isabel II: la controversia por la soberanía de las islas Malvinas

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Reina Isabel II: la controversia por la soberanía de las islas Malvinas
El conflicto por el archipiélago del Atlántico sur, que ha marcado las relaciones bilaterales, tuvo su capítulo en 1982.

La reina Isabel II, fallecida este jueves a los 96 años, ha tenido durante sus 70 años en el trono una incidencia simbólica pero de peso en la histórica controversia entre el Reino Unido y Argentina por la soberanía de las islas Malvinas.

El conflicto por el archipiélago del Atlántico sur, que ha marcado las relaciones bilaterales, tuvo su capítulo más cruento en 1982, cuando tropas argentinas desembarcaron en las islas, desencadenando un conflicto bélico que duró 74 días, se saldó con un triunfo británico y se llevó la vida de 649 argentinos, 255 británicos y tres isleños.

«Hoy todo el mundo recalca la cantidad de tiempo que Isabel II estuvo en el trono. Pero la realidad es que la política británica respecto a Malvinas trasciende su longevo reinado», dijo Bruno Tondini, profesor de Derecho Internacional en la Universidad Católica y la Universidad Nacional de La Plata y experto en asuntos relativos a Malvinas.

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Según Tondini, la monarca no decidió pero sí avaló las acciones adoptadas por la entonces primera ministra británica, Margaret Thatcher (1979-1990), relativas a la guerra con Argentina.

«Además, la reina tuvo un interés particular en el conflicto porque el príncipe Andrés, su tercer hijo, peleó en la guerra de Malvinas», recordó Tondini.

Según Ariel González Levaggi, secretario ejecutivo del Centro de Estudios Internacionales de la Universidad Católica Argentina, además de avalar las decisiones tomadas por el Gobierno de Thatcher, Isabel II movilizó apoyos en aquellos países que fueron colonia británica.

«La reina ha tenido, como jefa de Estado, un rol simbólico pero con un peso político muy importante en el Reino Unido y en el todo el Commonwealth (Mancomunidad de Naciones)», señaló a Efe González Levaggi.

SIN NEGOCIACIÓN

La guerra reafirmó el poderío que el Reino Unido tiene en este enclave del Atlántico sur desde 1833, cuando fuerzas británicas ocuparon las Malvinas y desalojaron a sus habitantes y a las autoridades argentinas.

Desde entonces Argentina nunca dejó de reclamar sus derechos soberanos sobre el archipiélago y logró en 1965 que la Asamblea General de Naciones Unidas llamara a ambos países a entablar «sin demora» negociaciones para encontrar una solución pacífica a la controversia.

En los hechos, solo hubo negociaciones entre 1966 y 1982, sin acuerdo alguno y que quedaron truncas por la guerra.

Londres nunca volvió a la mesa de diálogo, pese a las insistentes peticiones de todos los gobiernos argentinos que, desde el fin de la dictadura, han reclamado sin excepciones retomar las negociaciones, con un apoyo internacional cada vez mayor.

Con todo, la relación ha tenido acercamientos y momentos de mayor frialdad.

En 1998, el entonces presidente argentino, Carlos Menem (1989-1999), quien intentó sin suerte desplegar una política de «seducción» hacia los habitantes de las islas, viajó a Londres e, incluso, tuvo un encuentro con Isabel II en el palacio de Buckingham.

CONCESIONES A LOS «KELPERS»

Según Tondini, Isabel II «siempre reivindicó el principio de autodeterminación» de los «kelpers», como se denomina a los habitantes de Malvinas, una población de raíces británicas que Argentina siempre ha considerado «implantada».

La monarca apoyó la celebración en 2013 de un referendo en el que los habitantes de las islas mayoritariamente votaron a favor de mantener el estatus de Malvinas como territorio de ultramar dependiente del Reino Unido, una consulta que Buenos Aires siempre ha tachado de ilegal.

«La reina tomó, además, decisiones normativas, sobre todo en la década de 1990, que implicaron un aumento de la autonomía de las islas, como otorgarles poder de establecer sus propios impuestos», indicó Tondini.

Su más reciente decisión la adoptó en mayo pasado, cuando, con motivo de celebrar 70 años en el trono, otorgó el estatus de «ciudad» a Port Stanley (nombre que los británicos dan a Puerto Argentino, capital de Malvinas) y a otras siete localidades en territorios británicos.

REPERCUSIÓN Y PESAR

La noticia de la muerte de Isabel II ha generado gran repercusión en Argentina, con una gran cobertura en los medios de comunicación y multitud de reacciones en las redes sociales, incluyendo comentarios relativos a Malvinas.

El Gobierno de Alberto Fernández, en tanto, ha expresado su «pesar» por el fallecimiento de Isabel II y su acompañamiento «al pueblo británico y a su familia en este momento de dolor».

Fuentes de la Secretaría de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur del Gobierno argentino también lamentaron la muerte de Isabel II, al tiempo que reiteraron que el país suramericano mantiene su disposición a entablar negociaciones con Londres.

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