El extécnico de la CIA Edward Snowden ha pedido asilo político en Rusia, lo que el presidente ruso, Vladímir Putin, está dispuesto a concederle si el solicitante pone fin a su labor contra Estados Unidos.
«Si él (Snowden) quiere quedarse aquí hay una condición: debe cesar en su labor dirigida a causar daño a nuestros socios estadounidenses. Por extraño que esto suene en mis labios», dijo el jefe del Kremlin en rueda de prensa, al término de la cumbre del Foro de los Países Exportadores de Gas.
Pocas horas después, el cónsul de guardia ruso en el aeropuerto internacional moscovita de Sheremétievo, en cuya zona de tránsito se encuentra Snowden desde el 23 de junio, anunció que éste solicitó formalmente refugio político en Rusia.
«La ciudadana británica Sarah Harrison, que se presentó como abogada y apoderada del ciudadano de EEUU Edward Snowden, se personó en el puesto consular del aeropuerto de Sheremétievo y entregó una petición de Snowden para que se le conceda asilo político en Rusia», declaró el cónsul Kim Shevchenko a la agencia Interfax.
Según el diplomático, Harrison entregó a las autoridades consulares rusas la petición de asilo anoche, a las 22.30 hora local (18.30 GMT).
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, rehusó comentar la noticia, al ser preguntado por Interfax sobre si la parte rusa está dispuesta a examinar la petición del fugitivo estadounidense, que permanece en la zona de tránsito de Sheremétievo desde que llegó en un vuelo procedente de Hong Kong.
«No puedo responder a esta pregunta. No estoy preparado para comentarlo. No tengo ninguna información», indicó Peskov.
Es difícil imaginar que Putin no estuviese enterado de la petición de asilo de Snowden cuando admitió la posibilidad de que el hombre reclamado por la Justicia estadounidense por tres cargos de espionaje pueda permanecer en Rusia, aunque con condiciones.
Sin embargo, el propio presidente ruso vio poco probable que Snowden acepte cesar su actividades contra Estados Unidos.
«Se siente un luchador por los derechos humanos. Por lo visto, no tiene intención de dejar esa labor y, por tanto, deberá elegir un país de destino y trasladarse allí. ¿Cuándo va a ocurrir esto? Lamentablemente, no lo sé», señaló Putin.
Según el jefe del Kremlin, «Snowden ya no se ve a sí mismo como un exempleado de los servicios secretos, sino como un luchador por los derechos humanos, como un nuevo disidente, similar a (el premio Nobel de la Paz, Andréi) Sájarov, pero quizás de otra magnitud».
Putin reiteró que el extécnico de la Agencia Central de Información (CIA) estadounidense, quien reveló a la prensa una trama de espionaje masivo de las comunicaciones de EEUU y Reino Unido, «no ha sido, ni es agente» de Rusia.
«Insisto: él no es nuestro agente, no colabora con nosotros y ahora tampoco estamos trabajando con él», subrayó.
A su vez, el presidente ruso fue categórico al asegurar que no extraditará a Snowden a su país de origen.
«Rusia nunca ha entregado a nadie y no piensa hacerlo. Nadie nos ha entregado a nadie y esto ustedes también lo saben. En el mejor de los casos, hemos canjeado a agentes de inteligencia exterior por detenidos o arrestados o condenados por la Justicia rusa», afirmó.
Destacó que las organizaciones de derechos humanos rusas se oponen a la entrega de Snowden «a un país donde se aplica la pena de muerte».
La noticia de la petición de asilo de Snowden se produjo poco después de que el secretario del Consejo de Seguridad de Rusia, Nikolái Pátrushev, declarase que Putin y el presidente de EEUU, Barack Obama, han encargado a sus servicios de seguridad que hallen una solución al caso.
«Snowden no es un delincuente, no es un terrorista. Tiene todo el derecho a recibir asilo político. Y Rusia tiene todos los fundamentos para concedérselo», consideró el número dos del grupo parlamentario del partido socialdemócrata Rusia Justa, Mijaíl Emeliánov.
Moscú, 1 jul (EFE).-