Tomarse un refresco en un hotel lunar con vistas a la Tierra será posible en menos de 20 años, según los expertos en turismo espacial, un horizonte comercial a la vuelta de la esquina que plantea interrogantes de ciencia ficción que requieren respuestas basadas en hechos reales.
Salvo cataclismos terrestres como el impacto de un cometa, dijo a Efe el fundador del Space Tourism Society, John Spencer, la explotación económica de la órbita y los astros vecinos del planeta azul es inevitable, lo que está aún por establecerse es cómo se gestione la expansión humana por el sistema solar.
En un lustro ya será una moda entre las clases pudientes experimentar la gravedad cero y tomar fotos de la curvatura de la Tierra a bordo de un vuelo de Virgin Galactic o SpaceX y existirá una estación orbital de uso turístico con espacio construida por Bigelow Aerospace.
«En 6 o 7 años tendremos el primer hotel en el espacio con alojamiento para 40 personas. En la próxima década regresaremos a la Luna y cinco años más tarde habrá allí un hotel», explicó Spencer.
Para entonces Planetary Resources estará horadando en busca de agua y minerales alguno de los 1.500 asteroides que pululan regularmente por las cercanías terrestres, y saltos estratosféricos como el de Felix Baumgartner serán un nuevo deporte de aventura.
Los cruceros espaciales, las carreras de coches por la Luna, y la colonización de Marte parecen realizables técnicamente, pero una cosa es que algo sea posible de hacer y otra que se pueda mantener.
Para que estos avances den origen a un lucrativo mercado será necesaria una red de servicios actualmente inexistente que faciliten, entre otras cosas, que un huésped lunar pueda pagar un refresco o un viaje organizado a un cráter, contestar correos electrónicos y actualizar su perfil de Facebook.
«¿Cuál es la dirección IP en el espacio?», cuestiona en voz alta el director de comunicaciones de PayPal, Anuj Nayar, en una conversación con Efe para presentar la iniciativa PayPal Galactic que hoy anunciará oficialmente la empresa, perteneciente a eBay, en un evento en la sede del Instituto SETI, en California.
PayPal Galactic nace, según sus impulsores, para fomentar un debate público que permita dar solución al reto de hacer negocios en fuera del planeta.
«Las preguntas son mucho mayores que lo que una compañía sola puede responder», apuntó Nayar que manifestó que el modelo de pagos de PayPal podría aplicarse en el espacio si hubiera la infraestructura adecuada.
Space Tourism Society y SETI también respaldan el proyecto de PayPal que en inicio carece de la implicación de organismos internacionales y países dispuestos a fijar un marco regulador de las actividades extraterrestres.
«Los gobiernos se organizan habitualmente en el ámbito de fronteras nacionales. Aquí hablamos de desafíos que no reconocen esos límites. Quizá los gobiernos no sean la opción adecuada, quizá lo sean algún tipo de ONG’s», sugirió Jill Tarter, directiva de SETI.
Tarter aclaró que en SETI solo un pequeño grupo de científicos se dedican a la búsqueda de señales alienígenas, la mayoría son astrobiólogos centrados en la investigación de la vida en el universo desde múltiples disciplinas, un ámbito en el que encaja la iniciativa PayPal Galactic.
«Creo que tendremos que empezar a pensar en algo equivalente a la Teoría Especial de la Relatividad de Einstein para las finanzas y cómo definimos el tiempo cuando no todos estemos en el mismo marco de referencia, la Tierra», comentó la astrónoma cuya carrera inspiró el personaje de Jodi Foster en la película «Contact».
«Una cosa es clara, no habrá dinero en efectivo en el espacio», sentenció Nayar que tampoco duda de que «el sistema bancario tendrá que adaptarse» al nuevo contexto que podría requerir de la creación de una divisa específica, como los créditos imperiales de «Star Wars», los federales de «Star Trek» o los cubits de «Battlestar Galactica».
Fernando Mexía / Los Ángeles (EE.UU.), 28 jun (EFE).-