Las autoridades de Japón mantienen la recomendación de no aproximarse al monte Aso, ubicado al sudoeste del país, después de que entrase en erupción en la víspera y sin que se hayan registrado daños humanos ni materiales.
El monte Aso comenzó a expulsar columnas de cenizas y humo y flujos piroplásticos en la mañana del pasado miércoles, emanaciones que llegaron a desplazarse a más de un kilómetro alrededor del monte y alcanzaron alturas de hasta 3.500 metros.
En el momento de la erupción 16 montañistas se encontraban en las proximidades de este volcán, un popular destino de senderismo ubicado en un parque nacional, y todos ellos fueron evacuados de la zona sin que hubiera que lamentar heridos, según dijo hoy en rueda de prensa el viceportavoz del Ejecutivo, Yoshihiko Isozaki.
«Continuamos pidiendo máxima precaución por el riesgo de caída de rocas volcánicas y flujos piroplásticos en una zona de 2 kilómetros alrededor del volcán», señaló Isozaki, quien también explicó que se ha comenzado la retirada de cenizas de carreteras y otras infraestructuras en las zonas en torno al monte Aso.
La Agencia Meteorológica de Japón mantiene la alerta volcánica del nivel 3 en la zona, en una escala donde el máximo es 5.
Las cámaras instaladas por este organismo frente al volcán muestran cómo sigue expulsando una columna humo este jueves, tras las llamativas imágenes de la víspera en las que podían verse enormes nubes de cenizas.
El monte Aso, de cerca de 1.600 metros de altura, se ubica en una zona poco poblada en la isla de Kyushu, al sudoeste del archipiélago nipón.
Japón está situado en el anillo de fuego del Pacífico y cuenta en su territorio con unos 110 volcanes activos, según la definición de la JMA, que considera «activo» a todo volcán que «haya entrado en erupción en los últimos 10.000 años o donde se hayan registrado fumarolas recientemente».