La cifra de muertos por un terremoto de magnitud 7,2 en Haití ascendió a 1.297 el domingo, un día después de que el temblor convirtiera miles de estructuras en escombros.
El terremoto del sábado también dejó al menos 5.700 personas heridas en la nación caribeña, y miles más fueron desplazadas de sus hogares destruidos o dañados. Los sobrevivientes en algunas áreas se vieron obligados a esperar al aire libre en medio de un calor opresivo para recibir ayuda de los hospitales sobrecargados.
Sin embargo, la devastación podría empeorar pronto con la llegada de la depresión tropical Grace, que se prevé que llegue a Haití el lunes por la noche. El Centro Nacional de Huracanes de EE. UU. degradó la tormenta tropical a depresión el domingo, pero los meteorólogos advirtieron que, independientemente, Grace aún representa una amenaza de lluvias intensas, inundaciones y deslizamientos de tierra.
El terremoto sacudió la parte suroeste de la nación más pobre del hemisferio, casi arrasó algunos pueblos y provocó deslizamientos de tierra que obstaculizaron los esfuerzos de rescate en un país que ya enfrenta la pandemia del coronavirus, un asesinato presidencial y una ola de violencia de pandillas.
El epicentro fue a unos 125 kilómetros al oeste de la capital de Puerto Príncipe, sostuvo el Servicio Geológico de Estados Unidos, y las réplicas continuaron sacudiendo el área el domingo.
El primer ministro Ariel Henry declaró el estado de emergencia de un mes para todo el país y sostuvo que estaba enviando ayuda urgente a las áreas donde las ciudades fueron destruidas y los hospitales abrumados. Un exsenador alquiló un avión privado para trasladar a los heridos de Les Cayes a Puerto Príncipe para recibir asistencia médica.
