Un enorme iceberg que se desprendió de la Antártida a principios de este mes, podría flotar a través del océano durante varios años antes de romperse y derretirse, aseguró el viernes un científico de la Agencia Espacial Europea.
El iceberg, apodado A-76, es más de 40 veces el tamaño de París, o aproximadamente 73 veces más grande que Manhattan, lo que lo convierte en el más grande actualmente a flote.
Fue descubierto por primera vez por científicos del British Antarctic Survey y confirmado por el Centro Nacional de Hielo de EE. UU. utilizando imágenes tomadas por el satélite Sentinel 1A de la Agencia Espacial Europea.
Mark Drinkwater, científico senior de la agencia espacial, manifestó que si bien los icebergs se desprenden regularmente de las plataformas de hielo de la Antártida, la región donde se desprendió A-76 había experimentado relativamente pocos cambios en las últimas décadas.
“Obviamente, se ha convertido en un niño de cartel, y habrá mucha atención en él”, aseveró sobre la isla flotante de hielo de 4,320 kilómetros cuadrados (1.668 millas cuadradas).
El A-76 eventualmente escapará del mar de Weddel alrededor de la Antártida y se adentrará en el Atlántico Sur, pero ese viaje podría llevar años, informó Drinkwater.
“Hemos visto icebergs que pueden durar hasta 18 años y que han sido rastreados alrededor de la Antártida si permanecen en aguas relativamente frías”, dijo. «Pero es probable que una vez que esta cosa sea expulsada del Mar de Weddel hacia el Atlántico Sur, se desintegre con bastante rapidez», agregó.
El iceberg A-68 aún más grande que se desprendió de la plataforma de hielo Larsen C de la Antártida en 2017 desapareció a principios de este año.
Drinkwater aseveró que los satélites han ayudado a los científicos a realizar un seguimiento de los cambios que ocurren en el vasto continente, pero en gran parte deshabitado, que de otro modo pasarían desapercibidos.
«El continente que todo el mundo considera una parte benigna y congelada del mundo que nunca cambia es en realidad muy dinámico», informó, y agregó que el aumento de la actividad de partos en partes de la Antártida monitoreadas desde el espacio durante los últimos 30 años puede atribuirse al clima.
Las plataformas de hielo de la Antártida pierden regularmente grandes trozos en el mar incluso cuando se forma hielo fresco tierra adentro, un proceso que Drinkwater comparó con una cuenta bancaria en la que se ingresa y se retira continuamente.
