JERUSALÉN – La policía dio el domingo el visto bueno al desfile anual del Día de Jerusalén, una exhibición con banderas de los reclamos israelíes sobre toda la ciudad en disputa, a pesar de días de disturbios y crecientes tensiones israelo-palestinas en un lugar sagrado de punto de inflamación.
El desfile del lunes pasará por la Ciudad Vieja de Jerusalén, parte del este de Jerusalén, que fue capturada y anexionada por Israel en la guerra del Medio Oriente de 1967. La marcha fue aprobada en medio de los continuos enfrentamientos entre la policía y los palestinos en la Ciudad Vieja, el epicentro emocional del prolongado conflicto.
Antes del amanecer del domingo, miles de fieles musulmanes se enfrentaron nuevamente con la policía a las puertas del recinto de la mezquita de Al-Aqsa en la Ciudad Vieja. Los videos en las redes sociales mostraron a palestinos arrojando botellas de agua y piedras a los oficiales, quienes dispararon granadas paralizantes.
Amos Gilad, un ex alto funcionario de defensa, dijo a Army Radio que el desfile del Día de Jerusalén debería cancelarse o desviarse de la Puerta de Damasco de la Ciudad Vieja, diciendo que «el polvorín está ardiendo y puede explotar en cualquier momento».
El sitio, conocido por los judíos como el Monte del Templo y por los musulmanes como el Noble Santuario, es considerado el sitio más sagrado del judaísmo y el tercero más sagrado del Islam. Ha sido un polvorín para la violencia grave en el pasado.
Decenas de palestinos resultaron heridos en enfrentamientos violentos con la policía en Jerusalén durante la noche del sábado al domingo, cuando los musulmanes marcaron Laylat al-Qadr, o la «noche del destino», el período más sagrado del mes de ayuno musulmán del Ramadán.
El viernes, más de 200 palestinos resultaron heridos en enfrentamientos en el complejo de la mezquita de Al-Aqsa y en otras partes de Jerusalén, lo que provocó condenas de los aliados árabes de Israel y llamados a la calma de Estados Unidos, Europa y Naciones Unidas.
En una reunión del gabinete, el primer ministro Benjamin Netanyahu dijo el domingo que Israel «no permitirá que ningún extremista desestabilice la calma en Jerusalén. Haremos cumplir la ley y el orden de manera decisiva y responsable».
«Continuaremos manteniendo la libertad de culto para todos los credos, pero no permitiremos disturbios violentos», agregó.
El domingo, COGAT, el organismo del ministerio de defensa de Israel que controla los cruces con la Franja de Gaza, aseveró que había suspendido la entrada de 350 comerciantes de Gaza hasta nuevo aviso debido al aumento de la violencia.
La marcha del lunes por la tarde marca la captura del este de Jerusalén por parte de Israel y por lo general asisten israelíes nacionalistas de línea dura, que atraviesan la Puerta de Damasco de la Ciudad Vieja y el Barrio Musulmán hasta el Muro Occidental, el sitio más sagrado donde los judíos pueden orar.
La marcha coincide con una decisión prevista el lunes por la Corte Suprema de Israel sobre el destino de decenas de palestinos que luchan contra los intentos de los colonos israelíes de desalojarlos de sus hogares en el barrio árabe de Sheikh Jarrah en Jerusalén.
