Ontario ha aliviado las reglas para bodas, funerales y servicios religiosos desde el inicio de esta semana, una medida que está siendo bienvenida por los líderes religiosos.
El marco escalonado para las restricciones de COVID-19 había limitado previamente la asistencia a bodas, funerales y servicios religiosos a no más de 10 personas en zonas de bloqueo, como Toronto y Peel, pero el gobierno de Ford anunció durante el fin de semana que comenzaría a permitir hasta 15% de la capacidad interior aprobada.
También agregó que permitiría que hasta 50 personas asistan a los servicios al aire libre. Estos cambios entraron en vigor el lunes a la medianoche.
“Habíamos estado hablando con ellos, obviamente, junto con varios otros grupos religiosos que estaban preocupados por la limitación de solo 10 personas para estas iglesias tan grandes. Nuestra catedral tiene capacidad para 1.500 personas y 10 personas simplemente no tiene sentido”, aseguró el cardenal Thomas Collins, arzobispo de Toronto.
«Creo que el gobierno puede no haber apreciado eso y lo entiendo. Están tomando muchas decisiones para distintos lugares, por lo que es posible que no se hayan dado cuenta», añadió.
La Arquidiócesis de Toronto lanzó una petición a principios de este mes para pedir al gobierno de Ford que implemente límites de capacidad para los servicios religiosos que reflejen la capacidad prepandémica de un lugar determinado en lugar de un número determinado de personas.
Esa petición, a su vez, fue firmada por más de 12.000 personas.
Collins aseveró que entre la reapertura de los lugares religiosos en junio y su cierre en medio de un bloqueo en toda la provincia en diciembre, solo se informaron 50 casos positivos en iglesias dentro de la Arquidiócesis de Toronto y no se conocen casos en los que se haya determinado que las personas hayan contraído el virus en la iglesia.
Declaró que los nuevos límites de capacidad no darán lugar a cambios significativos para los feligreses, ya que ya se han implementado varios protocolos, incluido el distanciamiento obligatorio de seis pies y algunos otros cambios en los servicios en sí.
Collins, sin embargo, dijo que tiene la esperanza de que la capacidad pueda incrementarse aún más a medida que «más y más personas se vacunen».
“Por ahora seguiremos con mucha diligencia todas las regulaciones para que ayuden a la gente”, manifestó.
Inicialmente, se ordenó el cierre de los lugares religiosos durante la primera ola de la pandemia la primavera pasada, pero en su mayoría han estado abiertos desde junio.