Peones, caballos, reyes y reinas son las piezas del ajedrez que Amunnata Lamwanna, una afamada vidente de Tailandia, utiliza para visionar el futuro de sus clientes, en un país propenso a creer en la clarividencia y la superstición.
«Cuando las personas juegan al ajedrez están mostrando su personalidad, su forma de enfrentarse al futuro. El poder con el que se concentran me permite responder las preguntas sobre su vida futura», explica a Efe la vidente, más conocida en el mundo de la adivinación con el sobrenombre, Ajarn Nong.
Nong, quien hizo su primera profecía hace ocho años, logró asociar las cuadrillas del tablero de ajedrez con la carta astral tailandesa, que a su vez ayudada por las técnicas del Feng Shui consigue vaticinar el porvenir de las personas según su manera de colocar las piezas en el tablero de este juego centenario.
En las calles y mercados de Tailandia resulta corriente encontrar en las aceras a futurólogos que despliegan en el suelo o sobre mesas plegables sus instrumentos y abalorios para ofrecer su servicio a una clientela, la mayor parte asidua.
La mayoría de los tailandeses budistas combinan su religión con creencias animistas e hindúes que surgieron en la sociedad de los antiguos reinos previos a la fundación de Siam, varios siglos antes del nacimiento de Buda, evento que se produjo hace unos 2.570 años.
«Necesitaba un método nuevo e innovador para atraer a los clientes en un negocio masificado», comenta la vidente, quien cobra por cada sesión de 1.000 a 1.500 bat (entre 25 y 40 euros).
«La mayoría de las personas que solicitan mis servicios están preocupados por algún problema jurídico, de negocios o consultan sobre un posible ascenso en su trabajo», comenta Lamwanna.
Las madres preocupadas por el espíritu de sus hijos tras sufrir un aborto durante el embarazo también son destacadas por la adivina, aunque en estos casos sólo puede hacer consulta una vez cada 6 meses y los honorarios de la médium ascienden a los 3.000 bat (75 euros).
Para iniciar la sesión de este «método revolucionario» hay que escoger al azar cinco piezas de ajedrez que se encuentran dentro de un cofre y colocarlas en el tablero de manera aleatoria, un primer paso que ayuda a la vidente a conocer «el comportamiento en la vida» del cliente.
Por cada pregunta que se formule habrá que escoger otras dos nuevas piezas y colocarlas en el tablero.
Nong, quien saltó a la fama como presentadora de un programa esotérico en la televisión tailandesa al que acuden a conocer su futuro famosos cantantes y actores tailandeses, señala que cada uno de los cuatro trebejos que utiliza corresponde a un planeta y posee unas características concretas.
El peón, que representa a Venus, una pieza con propiedades femeninas, altruistas y de personalidad abierta, mientras el caballo, en alusión a la Tierra, resalta un carácter más directo, ingobernable, desconfiado y trabajador, un comportamiento unido al hombre, según la futuróloga.
El rey, que simboliza a Júpiter, posee un temperamento frío, calculador y reflexivo, por su parte la reina, en referencia a Saturno es la pasión, el impulso y la temeridad.
Nong, que afirma desconocer las reglas y los movimientos de las fichas de este juego de estrategia, apunta que la videncia ha dejado de ser un negocio próspero en Tailandia y que entre sus planes futuros está abrir su propia escuela de clarividencia que contará con el código de «no engañar a los clientes».
Noel Caballero/Bangkok, 21 may (EFE).-