Ontario declaró el estado de emergencia debido a un aumento de casos de COVID-19 el martes y emitió una orden de quedarse en casa que entra en vigencia el jueves a las 12:01 a.m. ET, anunció el premier Doug Ford.
La orden de quedarse en casa no incluye actividades esenciales, como acceder a la atención médica, comprar alimentos, hacer ejercicio o realizar trabajos esenciales. Las nuevas medidas también incluyen restringir el horario de atención de las tiendas minoristas no esenciales, como las ferreterías, entre las 7 a.m. y las 8 p.m. ET.
«Nuestra provincia está en crisis», aseguró Ford. «El sistema está al borde del colapso».
Como parte de las nuevas medidas, las reuniones públicas organizadas al aire libre y las reuniones sociales se restringen aún más a un límite de cinco personas con excepciones limitadas.
Las personas deben usar una máscara o una cubierta facial en las áreas interiores de las empresas u organizaciones que están abiertas, y ahora se recomienda usar una máscara o una cubierta facial al aire libre cuando no se puede distanciar físicamente más de dos metros.
La provincia también dice que las escuelas en cinco regiones de puntos calientes (Toronto, Hamilton, Peel, York y Windsor-Essex) no volverán a abrir para el aprendizaje presencial hasta el 10 de febrero.
«La transmisión comunitaria está muy extendida. Está en nuestros hospitales, en nuestros hogares de cuidados a largo plazo y en nuestros lugares de trabajo», declaró el martes la ministra de Salud, Christine Elliott.
Anteriormente, la provincia publicó nuevas y sombrías cifras de modelos que muestran que se espera que las muertes en la segunda ola excedan los totales de la primera ola si los habitantes de Ontario no reducen significativamente su contacto con los demás.
El Dr. Adalsteinn Brown, copresidente de la Mesa Asesora Científica COVID-19 de Ontario, dijo que los aumentos en los nuevos casos diarios están por encima del 7% «en nuestros peores días», en el territorio del peor escenario posible para las perspectivas de la enfermedad en la provincia.
Casi el 40% de los hogares de cuidados a largo plazo de la provincia ahora tienen brotes activos del virus, según las cifras publicadas el martes. Desde el comienzo del nuevo año, 198 residentes de cuidados a largo plazo y dos empleados han muerto, y el modelo sugiere que en realidad habrá más muertes en cuidados a largo plazo en la segunda ola de la pandemia en comparación con la primera.
Aproximadamente una cuarta parte de los hospitales de Ontario no tiene capacidad de UCI, mientras que otra cuarta parte solo tiene una o dos camas disponibles en un momento dado, dijo Brown.
Agregó que los hospitales con capacidad de UCI muy limitada o nula están repartidos por toda la provincia. «Esto ya no es un problema de una o dos regiones».
Ontario se trasladó a un bloqueo en toda la provincia el 26 de diciembre, con restricciones más estrictas a las reuniones y el cierre de muchas empresas no esenciales.
El modelo actualizado y las nuevas medidas vienen inmediatamente después de que Ontario alcanzó niveles récord en nuevos casos, muertes y hospitalizaciones de COVID-19 desde el comienzo del nuevo año.
El martes, la provincia informó 2.903 nuevos casos y 41 nuevas muertes, lo que eleva el número oficial de muertos de Ontario a 5.053, solo detrás de Quebec.
La ministra de Salud, Christine Elliott, dijo que los nuevos casos incluyen a ocho personas que se infectaron con una variante del coronavirus que se detectó por primera vez en el Reino Unido, lo que eleva a 14 el número de casos de la variante identificados en Ontario.
La investigación ha demostrado que la cepa mutada es más transmisible que la cepa más común que circula en Canadá, aunque no se cree que sea más mortal.
El número de pacientes con COVID-19 en el hospital aumentó a un récord de 1.701. De ellos, 385 están en cuidados intensivos y 262 requieren el uso de un ventilador para respirar.
