Las autoridades filipinas y de la Embajada de España aguardan hoy a que los equipos de rescate bajen los cadáveres de una montañera española y otros tres alemanes muertos en el volcán Mayón, en el noreste de Filipinas.
La española Sara Francés falleció, junto con un guía filipino y tres montañeros alemanes, cuando se encontraba cerca del cráter del volcán, de 2.421 metros de altura, a causa de una explosión freática que lanzó un reguero de humo, ceniza y rocas.
«Ya han bajado el cadáver del guía, esperamos que a lo largo del día los equipos lleguen con los cuerpos de los otro cuatro fallecidos», dijo a Efe Duke Nuñes, funcionario de Legazpi, capital de la provincia de Albay donde se levanta el Mayón.
La española fallecida, natural de Peralta (Navarra), residía desde hace ocho años en la ciudad alemana de Frankfurt y se encontraba de vacaciones en Filipinas junto con su novio alemán, Juri, y dos primos de éste, que también murieron en el accidente.
Los soldados del equipo de rescate encontraron ayer miércoles los cuerpos y comenzaron el descenso por un terreno escarpado.
«La lluvia dificulta las tareas de rescate, también la inclinación de 45 grados de la ladera y que se encuentran en un terreno muy resbaladizo», afirmó Nuñes.
La poca visibilidad, a causa de las nubes, ha impedido de momento que aterricen los helicópteros de las Fuerzas Armadas para facilitar el transporte de los cadáveres hasta Legazpi, situada unos 14 kilómetros de vuelo del volcán.
Según Nuñes, las autoridades filipinas y diplomáticos españoles y alemanes esperan a que lleguen los cadáveres a la capital de la provincia, donde realizarán las autopsias para determinar con precisión la causa de la muerte.
«El volcán expulsó una nube de humo y rocas en la explosión y los montañeros se encontraban cerca del volcán, en un terreno que es muy resbaladizo. Hay muchos factores que podrían haber causado su muerte», explicó el funcionario filipino.
Nuñes detalló que el Ministerio de Asuntos Exteriores se encargará del trámite de la repatriación de las víctimas a sus respectivos países.
Al menos 21 montañeros, que partieron por la ruta de Malilipot, se encontraban cerca del cráter el martes cuando ocurrió la explosión freática.
«Después de oír un estruendo, vi una nube de vapor bajando en nuestra dirección. Rocas ardientes empezaron a caer sobre nosotros. No sentía nada, lo único que pensaba es en que tengo que bajar, tengo que salir de aquí», relató uno de los guías filipinos que escalaban el volcán, según el diario «Inquirer».
Los supervivientes dieron la alerta y las autoridades enviaron equipos y tres helicópteros para colaborar en las operaciones de rescate.
Tras el accidente, el gobernador de Albay, Joey Salceda, recordó que el volcán Mayón es un volcán activo, y precisó que las autoridades ni promueven ni prohíben que los montañeros se arriesguen a subir.
«Esencialmente, controlar la actividad humana depende del factor de la alerta, no del hecho de que sea una zona en constante peligro», afirmó el gobernador.
A pesar de la explosión freática, que se produce cuando el magma entra en contacto con agua en el subsuelo provocando una súbita nube de vapor, ceniza y piedras, las autoridades mantienen el nivel de alerta en cero.
Espie del Mundo, especialista del Instituto Filipino de Vulcanología y Sismología (Phivolcs), subrayó que lo que ocurrió fue un «evento freático muy pequeño» y que no se ha registrado ninguna erupción ni seísmo, aunque recomendó precaución.
Situado en la isla de Luzón, unos 360 kilómetros al sureste de Manila, el Mayón es uno de los más visitados por los turistas atraídos por la belleza del paraje y la perfecta forma cónica del volcán.
La peor de las 45 erupciones conocidas del volcán sucedió en 1814, cuando mató a unas 1.200 personas y enterró la ciudad de Cagsawa, bautizada desde entonces como «la Pompeya filipina».
Bangkok, 9 may (EFE).-