Los niveles de COVID-19 están aumentando en todo Canadá a tasas nunca antes vistas en la pandemia y no muestran signos de desaceleración.
El coronavirus sigue propagándose como la pólvora tanto en las zonas que fueron duramente golpeadas en la primera ola como en las que estaban prácticamente intactas anteriormente, y la reacción del gobierno federal ha tomado un tono desesperado.
Ahora tenemos un promedio de 4.000 casos de coronavirus y 50 muertes por día, con más de 45.000 casos activos en todo el país.
También se informó un récord de casi 5.000 casos y 83 muertes en un solo día en Canadá esta semana, y estamos en camino de registrar más de 10.000 casos por día a principios del próximo mes.
Pero con una segunda ola de la pandemia que empeora día a día, los expertos dicen que es posible que el gobierno federal deba hacer más para detener la propagación del COVID-19.
¿Podría una respuesta nacional ayudar a controlar la segunda ola de Canadá?
Un enfoque propuesto por expertos en salud pública es el uso de poderes federales de emergencia para coordinar nuestra respuesta a la pandemia en todo el país.
Eso se puede hacer mediante el uso de la Ley de Emergencias o mediante el poder de emergencia inherente que tiene el gobierno federal en virtud de la Ley de la Constitución.
La Ley de Emergencias es de gran alcance ya que permite al gobierno federal extender su poder sobre las provincias y sus sistemas de atención médica para hacer frente a la pandemia.
«Autoriza al gobierno federal a tomar esencialmente el control de una situación», dijo el Dr. Isaac Bogoch, médico de enfermedades infecciosas en el Hospital General de Toronto y profesor asociado de medicina en la Universidad de Toronto.
«Ese es el enfoque de la bomba nuclear».
Bogoch dijo que sería poco realista adoptar una estrategia en la situación actual, ya que el gobierno federal sería responsable de innumerables decisiones de atención médica a nivel provincial.
«Canadá no tiene la capacidad de microgestionar un sistema de atención médica», dijo. «No tienen la mano de obra. No tienen el conjunto de habilidades. No pueden hacerlo».
La opción menos extrema es usar los poderes de emergencia en la Ley de la Constitución para promulgar medidas más estrictas en todo el país para frenar la propagación del coronavirus.
«No hay ningún requisito real para usarlo, excepto que el gobierno dice que hay una emergencia», dijo Amir Attaran, profesor de las Facultades de Derecho y la Facultad de Epidemiología y Salud Pública de la Universidad de Ottawa. «Eso es todo. Eso es todo lo que tienen que hacer».
Attaran favorece ese enfoque porque siente que los primeros ministros no han logrado controlar eficazmente la pandemia, salvo por el éxito de las cuatro provincias de la burbuja atlántica.
