La oposición venezolana presentó hoy ante la justicia una nueva impugnación a las elecciones del 14 de abril, mientras que diputados oficialistas y opositores se reunieron para intentar bajar en el Parlamento la tensión que la semana pasada se tradujo en una batalla campal con varios legisladores golpeados.
Tras impugnar el jueves pasado de manera total el proceso electoral y solicitar que se repitan las elecciones, la oposición presentó hoy un recurso de impugnación parcial ante el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) centrado en irregularidades en 5.729 mesas de votación que involucran a 2.320.490 votos.
«Con este segundo recurso de hoy podría el Tribunal Supremo de Justicia decidir que solo repetirá en las 5.729 mesas denunciadas», dijo a Efe la representante de la oposición ante el Poder Electoral, Liliana Hernández.
Mientras el primer documento es «más genérico» y hace señalamientos de las faltas que supuestamente se cometieron antes, durante y después de la votación, el segundo pone la lupa en las irregularidades y las describe según su tipo, centro de votación y mesa, explicó.
La oposición busca que se vuelvan a realizar las elecciones del 14, en las que el presidente, Nicolás Maduro, fue declarado ganador por una diferencia de 225.000 votos sobre el candidato opositor Henrique Capriles.
El Gobierno descarta de plano esa posibilidad y ha dicho que detrás de ese pedido hay un intento de desestabilización.
Las ramificaciones de la crisis llegaron a la Asamblea Nacional (AN, unicameral), que el martes pasado fue escenario de una pelea a golpes entre parlamentarios de ambos bandos.
La oposición y el oficialismo se acusan mutuamente de haber generado la trifulca, que dejó 14 diputados con heridas de diverso tipo.
En un intento por retomar la normalidad parlamentaria, diputados de las dos bancadas sostuvieron ayer y hoy encuentros donde se presentaron propuestas y contrapropuestas.
La mayoría oficialista hizo una propuesta a los diputados opositores para devolverles la palabra, que les fue prohibida por no reconocer a Maduro como presidente y que fue uno de los temas que estuvo en el corazón del escándalo de la semana pasada.
El diputado chavista Pedro Carreño condicionó la decisión de permitir hablar nuevamente en el pleno del Parlamento a los diputados de la oposición a que estos repudien el uso de la violencia y reconozcan a las autoridades del país.
«Al inicio de la próxima sesión pide la palabra un parlamentario del bloque revolucionario, para una moción de orden, la cual será secundada por un parlamentario del bloque opositor» para repudiar el uso de la violencia y reconocer a las instituciones, dijo Carreño al canal estatal VTV.
Sin embargo, desde las filas de la oposición aseguraron que no firmarán nada que implique el reconocimiento de Maduro como presidente.
El diputado opositor Eduardo Gómez indicó a Efe que la oposición presentó una contrapropuesta en la cual el oficialismo «se retracta de violar el derecho a la palabra y garantiza la seguridad de todos».
Bajo este clima de crispación política, la diputada opositora María Corina Machado anunció la presentación de una solicitud ante la Organización de Estados Americanos (OEA) para que se activen los mecanismos previstos en la Carta Democrática por considerar que en Venezuela se están vulnerando varios de sus artículos.
«Hemos realizado un petitorio y la solicitud de que se proceda a activar la Carta Interamericana», indicó Machado en rueda de prensa.
La presentación ante la OEA se conoce justo cuando Maduro realiza su primera gira internacional como presidente, con visitas a Uruguay, Argentina y Brasil.
Casi al mismo tiempo en que Maduro se reunía con su par uruguayo José Mujica en Montevideo, el dirigente opositor venezolano Leopoldo López presentaba en el Parlamento uruguayo un informe en el que acusaba al Gobierno de su país de «torturas» y «persecución política».
Consultado al respecto, Maduro respondió que esas denuncias solo buscan dividir a la región.
Caracas, 7 may (EFE).-
