Colombia reforzó este miércoles la presencia policial y militar en las trochas de la frontera con Venezuela por la «alarmante situación» que vive el departamento de Norte de Santander ante al aumento del número de personas que han ingresado al país en los últimos días en plena pandemia de COVID-19.
«La idea es que ahora con esta solicitud que hace el Gobierno departamental vamos a trabajar coordinadamente con la Policía para reforzar los pasos fronterizos», expresó el comandante de la Segunda División del Ejército, general Marcos Pinto a periodistas.
Entre tanto, el general Ramiro Castrillón, comandante de la Región Número 5 de la Policía y oficial encargado de la zona, manifestó que hay «unos sitios por donde muchos de los venezolanos transitan pendularmente y el control que se reforzará es para evitar que las personas se sigan pasando de forma irregular hacia el territorio de Colombia».
«Desde las cinco de la madrugada se inició el operativo con más de 200 hombres destinados al control de las trochas», aseveró el jefe policial.
El pasado 30 de septiembre, Migración Colombia prolongó hasta el próximo 1 de noviembre el cierre de todas las fronteras terrestres, marítimas y fluviales del país para contener la expansión de la pandemia del coronavirus.
A pesar de las restricciones sanitarias por la COVID-19, centenares de venezolanos intentan regresar a su país a diario y otros buscan la manera de salir hacia Colombia ante el deterioro de la situación en la nación caribeña.
En ese sentido, el secretario de Gobierno de Norte de Santander, Juan Felipe Corzo, dijo que lo que buscan las autoridades es garantizar que en las trochas «se haga un control efectivo y podamos disminuir esta problemática que ha venido ocurriendo en estos últimos días».
Aglomeraciones en la frontera
El secretario de Fronteras y Cooperación Internacional de Norte de Santander, Víctor Bautista, afirmó que lo que ocurre en las fronteras, especialmente en las trochas cercanas al puente internacional Simón Bolívar, que une a la ciudad colombiana de Cúcuta con la venezolana de San Antonio del Táchira, es complejo.
Como ejemplo de ello puso lo que ocurre en Pamplona, ciudad a unos 70 kilómetros de Cúcuta, donde hay «una aglomeración de migrantes que han entrado a Colombia de manera irregular, en medio de la restricción que tenemos por la COVID-19 y con necesidades humanitarias para las cuales el departamento aún no está preparado porque la frontera sigue cerrada».
Es por ello que pidió a las autoridades del estado venezolano del Táchira que informen a la ciudadanía «que no hay cruce autorizado de migrantes venezolanos hacia Colombia y la inconveniencia de que se trasladen hacia la frontera dados los temas humanitarios y sanitarios actuales».
Situación compleja
La reducción a unos pocos centenares del número de venezolanos que pueden pasar diariamente por el puente Simón Bolívar, por donde anteriormente circulaban miles, ha ocasionado una acumulación en el lado colombiano de personas ansiosas por retornar al país caribeño.
Con la reactivación del transporte por carretera en Colombia tras una cuarentena de más de cinco meses por el coronavirus aumentó el flujo de venezolanos que intentan regresar a su país y quedan varados en Cúcuta a la espera de que se les permita cruzar la frontera.
Según las autoridades de Norte de Santander, los migrantes que llegan a Cúcuta son atendidos en un campamento instalado en el puente internacional de Tienditas por el Gobierno regional y organismos internacionales, así como por misioneros de la orden de los scalabrinianos que se ven desbordados por el aumento del flujo de personas.
Migración Colombia señala que, con corte al 30 de julio, en el país había 1,7 millones de venezolanos, de los cuales 195.079 están radicados en Norte de Santander.