El Gobierno de los Estados Unidos sospechó repetidamente durante la etapa de Álvaro Uribe (2002-2010) como presidente de su presunta conexión con las paramilitares Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), según documentos desclasificados por la inteligencia y divulgados este lunes.
Entre los documentos publicados por el centro independiente «National Security Archives» (NSA), un memorando muestra que el alto funcionario del Pentágono Peter Rodman alertó al entonces secretario de Defensa de EE.UU., Donald Rumsfeld, de que era «casi seguro» que Uribe mantuvo tratos con los paramilitares mientras era gobernador del departamento colombiano de Antioquia.
Pese a esas dudas, Rodman también aclaró que no había visto «informes que sugirieran que las drogas fueran parte del panorama», de acuerdo con el citado informe.
De hecho, los documentos hechos públicos este lunes por el centro de investigación sin fines de lucro no contienen ninguna descripción específica de las presuntas interacciones directas entre el expresidente y los paramilitares, y hay poco que muestre si Estados Unidos trató de determinar si realmente existían vínculos, o con qué profundidad.
El artículo publicado por el NSA recuerda, sin embargo, que otros documentos desclasificados por el Departamento de Estado en 2018 apuntaban a que los diplomáticos estadounidenses en Colombia tuvieron «serias preocupaciones» sobre los presuntos vínculos de Uribe con narcotraficantes.
Uno de los ejemplos es un cable en el que se relata que alguien cercano a Uribe le dijo a la Embajada estadounidense que los hermanos Ochoa Vásquez, cofundadores del Cartel de Medellín, habían «financiado» la campaña de Uribe al Senado colombiano.
En otra información destacada por el National Security Archives, el que fuera embajador de Estados Unidos en Colombia Morris Busby, quien coordinó los esfuerzos para ayudar a acabar con Pablo Escobar, aseguró que creía que había «sustancia en los rumores» de que Uribe y otros políticos tenían vínculos con intereses de narcotraficantes.
Más adelante, en 2001, la administración de George W. Bush (2001-2009) agregó a las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), la organización paramilitar más importante del país, a la lista de Organizaciones Terroristas Extranjeras de Estados Unidos, junto con los grupos rebeldes de las FARC y el ELN, citando «al menos 75 masacres que resultaron en la muerte de cientos de civiles».
Los presuntos vínculos de Uribe con las AUC son de gran interés ahora en Colombia, donde el expresidente se encuentra bajo arresto domiciliario acusado de manipulación de testigos en un caso que lo vincula a él y a su hermano Santiago con la creación del grupo paramilitar Bloque Metro.
Desde entonces, el expresidente renunció al escaño en el Senado que recuperó en 2014 y la Corte Suprema de Colombia ha pedido a Uribe que testifique en casos de masacres paramilitares que el alto tribunal ha considerado crímenes de lesa humanidad.
A Uribe se le vincula con la matanza de El Aro por supuestamente haber apoyado durante su periodo como gobernador de Antioquia (1995-1997) a los paramilitares que asesinaron a 17 campesinos en octubre de 1997 en ese caserío del municipio de Ituango, en el departamento de Antioquia (noroeste).