La compañía teatral de Vancouver, especializada en producciones para niños, ha finalizado todo vínculo con quien era su directora artística, Carole Higgins, luego de las acusaciones por parte de empleados y tripulantes de un ambiente laboral inadecuado. Además, prometieron realizar otros cambios a partir de los inconvenientes presentados.
Más de 60 personas escribieron cartas alzando la voz ante el hostigamiento que vivían dentro de Carousel Theatre for Young People, grupo de teatro popular conocido por sus producciones de Peter Pan y Winnie the Pooh, en donde los integrantes expresaban el acoso perpetrado por algunos de sus líderes.
Enfrentando una ola de reacciones en redes sociales y una petición en línea a favor de mejores condiciones laborales, Carousel Theatre afirmó que “acordaron mutuamente separarse” con Higgins, a su vez de reestructurar su equipo de liderazgo que aporte a un teatro más inclusivo, genere oportunidades y sea un lugar para todos.
Las producciones de Carousel están dirigidas a niños pequeños para ayudar a desarrollar la alfabetización emocional.
Ambiente laboral caótico
Luego de las declaraciones dadas por Carousel en una declaración en contra del racismo y opresión en medio del movimiento Black Lives Matter, las manifestaciones públicas de las experiencias laborales comenzaron a surgir.
Uno de los casos fue la actriz de BIPOC, Kaitlyn Yott, quien detalló su experiencia en la producción ‘Peter Pan’ en Vancouver, donde afirma haber sido presionada para realizar acrobacias e ignorada cuando expresó su preocupación por los métodos de seguridad; denegando su solicitud para contratar un director de especialistas.
«… Terminé gravemente herida en ambas rodillas a la mitad de la carrera. Apenas podía caminar y sentía un dolor insoportable», escribió.
Desde entonces, los ex trabajadores Dani Fecko y Kayla Dunbar, han invitado a otros exfuncionarios y actuales contratistas a relatar sus historias y reunir firmas, hasta el momento han generado más de 400.
«Éramos usados uno contra otros», dijo Fecko. «Inevitablemente, en cada producción, habría un miembro del personal o un artista que fuera el chivo expiatorio de todo, y fuera expulsado e intimidado. Se presentaron malos comentarios entre ellos a puerta cerrada. Hubo mucha manipulación «.
Fecko dice que muchos trabajadores por contrato tenían miedo de expresar sus preocupaciones a la gerencia por temor a no ser contratados nuevamente.
«Siempre supe que eso estaba sucediendo, pero nunca lo malo que era», agregó.
Llamando al cambio
Dunbar y Fecko, dicen que no están satisfechos con la declaración de Carousel, y señalan que no hay una disculpa específica dentro de ella.
«Todavía hay mucho trabajo por hacer y es muy frustrante que la junta no asumiera la responsabilidad», dijo Dunbar. «Al público no se le ha dicho cómo [Carousel] está avanzando».
La pareja tiene programada una reunión con el presidente de la junta de Carousel el miércoles, para discutir cómo crear un ambiente de trabajo más inclusivo. Están pidiendo que el teatro brinde un espacio de curación para aquellos que han sufrido acoso.
«Eso significa traer facilitadores y apoyo de salud mental para que las personas vengan, sanen y se acostumbren a estar en ese espacio nuevamente de manera segura», dijo Fecko.
Fecko dice que la organización sigue siendo una piedra angular para toda la comunidad artística de Vancouver; jugando un papel crucial para generar conexión con los niños pequeños y el teatro.