El representante especial de Estados Unidos para Afganistán, Zalmay Khalilzad, señaló este viernes al grupo yihadista Estado Islámico (EI) como autor de los ataques el martes a un hospital de maternidad y a un funeral que causaron 56 muertos y 149 heridos, contradiciendo así al Gobierno afgano, que vinculó a los talibanes.
«El Gobierno de EEUU evaluó que el grupo Estado Islámico perpetró los horribles ataques contra una maternidad y un funeral a principios de esta semana en Afganistán», escribió Khalilzad en Twitter, al tiempo que argumentó que el «EI ha demostrado un patrón de favorecer este tipo de atroces ataques contra civiles».
Según el representante especial de EEUU para la reconciliación afgana, que firmó el pasado 29 de febrero un histórico acuerdo en Doha con los talibanes, el EI «se opone» a que haya un acuerdo de paz entre el Gobierno afgano y los insurgentes y, por ello, «busca alentar una guerra sectaria como en Irak y Siria».
La zona donde se ubica el hospital en Kabul está habitado en su mayoría por miembros de la minoría chií hazara, objetivo frecuente durante los últimos años de ataques del grupo yihadista.
«En lugar de caer en la trampa del EI y retrasar la paz u obstaculizarla, los afganos deben unirse para aplastar esta amenaza y buscar una oportunidad histórica para la paz. No más excusas. Los afganos y el mundo merecen algo mejor», sentenció Khalilzad.
Una declaración dirigida especialmente al Gobierno afgano, que un día después de los ataques vinculó a los talibanes con la matanza, pese a que el EI reivindicó el atentado en el funeral y a que los talibanes se desvincularon de los mismos varias veces.
El portavoz presidencial, Sediq Sediqqi, dijo el miércoles que los talibanes no pueden «disociarse» de los ataques porque «en los últimos 19 años tuvieron estrechos vínculos y relaciones con otros grupos terroristas».
TALIBANES SE DESVINCULAN DE NUEVO
Pero los talibanes emitieron este viernes un comunicado en el que se desvincularon «una vez más» de los ataques del martes.
El principal portavoz talibán, Zabihullah Mujahid, calificó sendos atentados como «crímenes con un salvajismo indescriptible», y pidió una investigación «transparente e imparcial».
Mujahid considera «el incidente de Kabul como el trabajo de elementos maliciosos directamente afiliados» al Gobierno afgano, con objeto de «difamar» a los talibanes, entorpecer la paz y justificar el lanzamiento de operaciones ofensivas contra ellos, como anunció el presidente afgano, Ashraf Ghani, el mismo día de los ataques.
En el ataque a la maternidad del hospital en Kabul murieron 24 personas, 11 de ellas madres, de las que tres se encontraban en los paritorios en espera del alumbramiento, según relató el jueves en un comunicado Médicos Sin Fronteras (MSF), que apoya al hospital.
MSF señala además que dos recién nacidos resultaron heridos, así como otras 18 personas, y el jefe de programas de la ONG en Afganistán, Frederic Bonnot, calificó el ataque de «metódico» y «sistemático para matar madres», ya que los asaltantes se dirigieron directamente a la maternidad, donde dispararon durante horas.
Cerca de un centenar de personas fueron evacuadas del hospital por las fuerzas de seguridad afganas, entre ellas varios recién nacidos, sacados en brazos por los militares.
El resto de víctimas se produjeron en un atentado suicida durante la celebración del funeral de un comandante de policía en la provincia oriental de Nangarhar, considerada hasta el pasado noviembre el bastión del EI en Afganistán.