Las diócesis de Illinois publicaron los nombres de 185 curas involucrados en acusaciones serias, pero el examen de sus archivos reveló que habían sido notificados de «acusaciones contra al menos 500 curas más», escribió la fiscal en un informe preliminar.
Cerca de 700 curas católicos han sido acusados de abuso sexual contra menores en las últimas décadas en Illinois, reveló este miércoles Lisa Madigan, fiscal de este estado del centro-oeste de Estados Unidos.
Los resultados provisorios de una investigación que comenzó en agosto encontraron que en las seis diócesis del estado habría al menos 685 sacerdotes y miembros del clero acusados.
En una declaración mordaz, la oficina de la procuradora general criticó el manejo de las acusaciones de abuso por parte de la Iglesia, diciendo que faltaban las investigaciones, y en muchos casos las autoridades policiales y de bienestar infantil ni siquiera fueron notificadas.
«Las etapas preliminares de esta investigación ya han demostrado que la Iglesia Católica no puede controlarse a sí misma», dijo Madigan.
Añadió que la iglesia no había proporcionado «un informe completo y preciso de todos los comportamientos sexuales inapropiados que involucran a los sacerdotes en Illinois».
La investigación de Illinois fue motivada por un amplio informe del gran jurado en agosto que reveló acusaciones de pedofilia creíbles contra más de 300 sacerdotes e identificó a más de 1.000 víctimas de agresiones sexuales infantiles encubiertas durante décadas por la Iglesia Católica en el estado de Pensilvania.
En octubre, las autoridades federales abrieron por primera vez una investigación sobre el abuso del clero. Las diócesis del estado informaron haber recibido citaciones del gran jurado federal para producir informes.
Impactante y largamente esperado
La Arquidiócesis de Chicago, la más grande de Illinois, respondió al informe de Madigan insistiendo en que todas las denuncias de abuso se investigan y se informan a las autoridades.
«Desde 2006 hemos publicado los nombres de los sacerdotes diocesanos sobre los que pesan alegatos fundamentados de abuso, y en 2014 publicamos más de 20.000 documentos de los archivos de estos sacerdotes», señaló la archidiócesis en un comunicado.
Sin embargo, la oficina de Madigan aseguró que a menudo las acusaciones de abuso no han sido investigadas adecuadamente. Una de las razones de esa falta de acción es que el acusado había fallecido o ya había renunciado.
«Este informe es impactante y es exactamente lo que esperábamos», dijo a la AFP Zach Hiner, director ejecutivo de la Red de Sobrevivientes de los Abusados por Sacerdotes (SNAP).
Una presión en aumento
Desde que se abrió la investigación en el estado, las diócesis han sumado a otros 45 miembros del clero a sus listas oficiales de acusados sospechados con razones consistentes de haber cometido abuso sexual infantil, según la oficina de Madigan.
La fiscal general anticipó que se divulgarán más nombres a medida que se profundice la investigación. «Las denuncias de abuso sexual a menores, incluso si derivan de una conducta que ocurrió hace muchos años, no pueden ser tratadas como meros asuntos internos», dijo Madigan.
La Iglesia Católica ha sido golpeada por una serie de escándalos de abuso infantil en los últimos años, con denuncias generalizadas de encubrimiento. La presión pública ha ido aumentando sobre sus instituciones.
Este mes, las autoridades de la orden jesuita que supervisaron al menos 40 estados de Estados Unidos dieron a conocer los nombres de más de 240 de sus miembros que han sido acusados de abuso, entre ellos decenas de sacerdotes objeto de múltiples denuncias.
Los jesuitas constituyen la orden religiosa masculina más grande de la Iglesia Católica, con unos 16.000 miembros en todo el mundo que no están directamente bajo la jerarquía de la Iglesia. En Estados Unidos y Canadá operan 30 colegios y 81 escuelas.