Este sábado se cumplen cinco años desde que un hombre armado abrió fuego contra el Danforth, acabando con la vida de dos jóvenes y destrozando innumerables más.
Dos familias que se vieron afectadas para siempre por la tragedia han estado luchando por el cambio desde entonces.
La hija de Claire Smith, Samantha, estaba con un grupo de amigos la noche del 22 de julio de 2018. Cuando el pistolero abrió fuego, recibió un disparo en la cadera.
Uno de los amigos con los que estaba, Reese Fallon, de 18 años, fue asesinado.
“Todavía hay algo de ansiedad, donde ella se encuentra en ciertas situaciones desencadenará esa angustia”, explicó Smith, “Veremos cómo lidia con el aniversario, nunca es fácil. Ella lo revive en su mente.
Julianna Kozis, de diez años, también murió esa noche y otras 13 personas resultaron heridas.
El tirador, que tenía antecedentes de problemas de salud mental, se quitó la vida.
“Lo que hemos aprendido durante cinco años es algo con lo que vivimos todos los días”, indicó Ken Price, el padre de Samantha.
La pistola utilizada esa noche fue robada de una tienda de armas en Saskatchewan. Durante los últimos cinco años, estos padres se han convertido en defensores abiertos del control de armas.
La hija de Patrick McLeod, Skye, estaba con Reese y Samantha, escapó ilesa esa noche, pero el costo mental ha sido difícil.
Con la bendición de otras familias afectadas y miembros de la comunidad, McLeod, Price y Smith han ayudado a impulsar el proyecto de ley C21, la legislación de control de armas de los liberales federales.
Se aprobó en la Cámara en mayo, pero aún tiene que pasar por el Senado.
“Estoy sorprendido por lo lejos que hemos sido capaces de impulsarlo”, aseveró McLeod, quien es un oficial de policía jubilado.
También ayudaron a impulsar un congelamiento nacional de la venta, compra y transferencia de armas de fuego que entró en vigencia en octubre de 2022.
Reconocen que las armas ilegales son una fuente importante de tiroteos, pero creen que el proyecto de ley C21 marcará la diferencia y salvará vidas.
Sin embargo, el grupo de padres continúa observando con consternación cuando se enteran de más tiroteos, como el tiroteo fatal en Leslieville hace dos semanas que mató a una madre de dos hijos, un transeúnte inocente que simplemente caminaba para almorzar.
Se plantaron dos árboles para Julianna y Reese en el parque Withrow, a pasos del Danforth. Ese también será el sitio de una vigilia en el aniversario del tiroteo. Se espera que muchos miembros de la familia asistan aquí, ya que dicen que es una forma de apoyarse unos a otros.
