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‘Trumpcare’, otra derrota y el gobierno que no despega

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Decenas de personas protestaron en contra del proyecto impulsado por los republicanos para reemplazar la reforma sanitaria de Obama.
Foto: Scott Olson / AFP

http://www.eltiempo.com/ Hace más o menos un mes, cuando apenas comenzaba el drama de los republicanos con la reforma de la salud, al presidente de EE. UU., Donald Trump, se le salió una frase que probablemente le terminará costando caro. “Nunca pensé que esto fuera tan complicado”, dijo el mandatario, como si estuviera apenas despertando a las realidades políticas que vienen con el puesto que se ganó en noviembre del año pasado.

Y terminó siendo aún peor. Este viernes, y tras varias semanas de forcejeo entre miembros de su propio partido, la jefatura republicana de la Cámara de Representantes tuvo que retirar, por falta de votos, el proyecto de ley con el que pensaban anular y reemplazar el ‘Obamacare’, la reforma de la salud que impulsó el exmandatario de EE. UU. Barack Obama y que fue aprobada en el 2010.

El mandatario, casi de inmediato, trató de voltear las responsabilidades acusando a los demócratas por el fracaso. “No nos dieron un solo voto”, dijo, pese a saber desde el inicio que jamás recibirá respaldo alguno de la oposición.

Aun así, resulta difícil ocultar que se trata de una gran derrota para el nuevo presidente y que fue propinada por miembros de su propio partido.

Especialmente porque Trump se la jugó a fondo, recorriendo en varias ocasiones los pasillos del Capitolio en busca de votos que nunca se materializaron.

Así mismo, el presidente deja en entredicho su fama de buen negociante, que generó tanto entusiasmo entre sus seguidores.

Esto se suma a una serie de dificultades que han impedido que su presidencia despegue. Entre ellas, las investigaciones que se adelantan para determinar si su campaña coordinó con Rusia la divulgación de material privado de la campaña de su rival, Hillary Clinton, y el bloqueo judicial de una orden ejecutiva con la que buscaba prevenir el ingreso al país de ciudadanos de siete países de mayoría musulmana, por citar solo algunas de las dificultades en estos dos meses que lleva en la Oficina Oval.

Estas dificultades quizá explican su baja popularidad, que ya llega a un 37 por ciento, según sondeos de Gallup.

Por supuesto, la derrota también es para los republicanos de la Cámara y su líder, Paul Ryan. Tumbar el ‘Obamacare’ se había convertido en casi un mantra para esta colectividad.

La obsesión era tal que en los siete años que lleva vigente dicha reforma, estos votaron 60 veces por acabar con la ley. Más en un gesto simbólico, pues con Obama en la Casa Blanca era imposible, dado su poder de veto.

Pero eso cambió con la victoria de Trump en las presidenciales. Controlando también ambas cámaras del Legislativo y con el hecho de que había sido una de las promesas centrales del presidente durante la campaña, los republicanos se pusieron como meta desmontar y aprobar una nueva reforma en los primeros meses de este año.

A los pocos días, sin embargo, comenzaron las dificultades. Por un lado estaban los miembros del llamado ‘Freedom Caucus’ (conservadores de extrema), que querían una desarticulación total del ‘Obamacare’.

Por el otro, un sector de republicanos más moderados que querían preservar porciones de la ley de Obama que eran muy importantes para su electorado.

Entre estas, la expansión del Medicaid, el programa que brinda asistencia médica a los más pobres del país y cuyo cubrimiento se amplió en algunos estados gracias a los mandatos del ‘Obamacare’, que ofrecía subsidios a los prestaran servicios médicos para toda persona por debajo de la línea de pobreza (que en EE.UU. es de unos 27.000 dólares anuales para una familia de tres personas).

Los moderados, además, habían quedado contra la pared después de que la Oficina para el Presupuesto del Congreso concluyó que la ley propuesta por los republicanos dejaría sin cubrimiento de salud a más de 25 millones de personas de aquí al 2026.

Esta oficina predijo también que las personas más afectadas por la nueva ley serían los ancianos y los más pobres del país, a los que les subiría el costo de la salud o perderían cubrimiento.

En otras palabras, cada vez que se proponía un nuevo recorte para convencer a los ‘Freedom Caucus’ generaba la deserción de votos moderados, y viceversa.

El resultado fue un proyecto de ley que para los primeros era un ‘Obamalite’ (un ‘Obamacare’ más ligero) y para los segundos, una destrucción de las medidas más populares en la reforma del expresidente.

Fue esa dinámica, y la falta de consenso entre las partes, lo que terminó hundiendo el proyecto.

Por supuesto, es posible que lo presenten más adelante, pero el daño ya está hecho, y Trump ha indicado que no pretende gastar más capital político en algo en lo que ni los mismos republicanos están en la misma página.

Es posible que, a largo plazo, el presidente termine hasta ganando un poco. ‘Trumpcare’, como ya se le decía a la ley, preveía una serie de recortes en el cubrimiento de salud para muchas de las personas que constituyen su base electoral.

Al no ser aprobada, podrá seguir responsabilizando a su antecesor por el elevado costo de las pólizas. Pero, de momento, todo indica que deberá pasar el amargo trago que le han servido los que se suponía eran aliados.

SERGIO GÓMEZ MASERI
Corresponsal de EL TIEMPO
En Twitter: @sergom68
Washington

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