El presidente Lenín Moreno y su predecesor Rafael Correa, aliados hasta hace unos meses, protagonizan una feroz lucha de titanes en la consulta popular de mañana, cuyas preguntas podrían haber sido legisladas sin necesidad de acudir al pueblo.
Una mera consulta callejera certifica que buena parte de la población votará de acuerdo a sus preferencias políticas por uno de los dos mandatarios, y que el sufragio que emitirán los ecuatorianos, poco o nada tiene que ver con el contenido de las siete preguntas.
Franklin Ramírez, sociólogo de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), explica que, ante la ausencia de un verdadero debate en los medios de comunicación, como ha ocurrido, la consulta es un reflejo de la “polaridad” de la sociedad ecuatoriana desde hace años.
Poco más de trece millones de ecuatorianos están llamados a las urnas para responder al paquete de siete preguntas de diversa índole: cinco forman parte del referendo y de ser aprobadas requieren enmendar la Constitución; dos son de consulta, que exigen modificar la legislación.
Amenaza de bomba
El Parlamento de Ecuador fue evacuado ayer debido a una amenaza de bomba y miembros de la Policía se trasladaron al lugar para verificar las instalaciones, informó el presidente del Legislativo, José Serrano Salgado.
“Una amenaza de bomba en la Asamblea de Ecuador (Parlamento), se ha evacuado a todos los funcionarios mientras el escuadrón antibombas de la Policía de Ecuador verifica las instalaciones”, escribió en un mensaje en Twitter.
El legislador no precisó detalles de la alarma, que se produce a falta de dos días para la consulta popular en el país.
