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Los espejos vacios

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En la imagen, el presidente de la FIFA Joseph Blatter
En la imagen, el presidente de la FIFA Joseph Blatter

Al momento de escribir estos renglones, las principales agencias noticiosas del mundo daban cuenta de la intempestiva decisión de Joseph Blatter de renunciar a la presidencia de la FIFA a escasos 3 días  de la jornada durante la cual había sido reelegido por quinta vez para liderar los destinos de la Federación Internacional del Deporte más visto en el mundo. Oficiales de los cuerpos de inteligencia de los Estados Unidos habían venido investigando a varios funcionarios de la FIFA y el miércoles anterior a la re-elección de Blatter se había logrado la detención de varios personajes de la organización, comprometidos en actos de corrupción, lavado de activos, fraude y varias otras ofensas criminales en cuantías equivalentes a cientos de Millones de dólares. Al centro del escándalo se encuentran varias actuaciones dudosas alrededor de la elección de Qatar como sede del Campeonato Mundial de Futbol en 2022 y las gigantescas sumas de dinero que desde ya ha venido invirtiendo  esta multibillonaria nación productora de petróleo en la compra de jugadores y equipos y en la edificación de Estadios, hoteles, sedes deportivas y villas olímpicas por valor de billones de dólares.  No es muy sorpresivo, después de estos antecedentes y la súbita renuncia del otrora poderoso presidente de una de las Organizaciones más ricas e influyentes del Deporte, que el mundo recibiera la noticia de que el FBI ha decidido investigar a fondo las actividades del Suizo Joseph Blatter…

Simultáneamente, aquí en Canadá se viene  desplegando un drama de muy menores proporciones pero de igual capacidad para sacudir al mundo Occidental de manera conmovedora y contundente. Se trata del juicio que se le sigue al Senador Mike Duffy. Luego de cinco semanas de testimonios alrededor del Reglamento Interno del Senado, las normas de reclamación de gastos, la revelación de intimidades de diarios personales y varias anotaciones que tienen que ver con la compra de unos cachorritos, nadie sabe para dónde va el asunto ni cuáles serán las consecuencias para el Senado, ni  para la Oficina del Primer Ministro y mucho menos para el mismísimo señor Harper. De las actuaciones del ente acusador durante el juicio a Duffy se saben y concluyen algunos elementos claves:

Primero, que los procedimientos internos para control de Gastos en el Senado también están en el banquillo. Segundo, que ni el ente acusador, ni el jurado ni el abogado de la defensa están de mucho afán para concluir el asunto y –por el contrario- se están tomando todo el tiempo del mundo, como si no hubiera una elección cuyo resultado final en algo se va a ver afectado por los asuntos que se vienen ventilando durante el juicio. Podría incluso interpretarse como una estrategia urgente para evitar que ciertos aspectos del juicio se toquen antes de la fecha de Octubre 19 que ha sido fijada previamente para los comicios Federales de 2015. Esos puntos y ese juicio se podrían dilatar hasta  después de la elección, con lo cual se lograría evitar que el Partido Conservador sufra más escándalos y haya más desgaste político en su ya averiada imagen.

Ni en la FIFA ni en Canadá se están reflejando con nitidez las imágenes que se asoman a los caprichosos espejos de la actualidad noticiosa…

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