Aunque en un principio Donald Trump celebró las decisiones tomadas por los gobierno de oriente medio, las acusaciones que pesan sobre Catar y que justifican el bloqueo económico y diplomático que pesa sobre el pequeño emirato fueron criticadas por el Departamento de Estado estadounidense.
«Ahora que han pasado más de dos semanas desde que comenzó el embargo, estamos desconcertados porque los Estados del Golfo no han dado a conocer a los cataríes ni a la opinión pública los detalles de los reclamos que están haciendo a Catar», dijo Heather Nauert, portavoz del departamento encargado de las relaciones internacionales de Estados Unidos.
La razón que se utilizó para justificar el cerco que pesa obre Catar fue el supuesto apoyo de ese país a organizaciones terroristas. Sin embargo, las grabaciones que se le atribuyen al emir catarí y en las que supuestamente expresa su apoyo a Irán y a Hamas, habrían sido interpretadas por el gobierno de Riad como un plan para desestabilizar la región a favor de los principales rivales de Arabia Saudí en la región.
El hecho de que el Departamento de Estado contradijera al presidente Trump era previsible si se considera la importancia que Catar tiene para las operaciones militares estadounidenses en la región. Para no ir más lejos, viernes de la semana pasada las fuerzas navales de ambos países realizaron ejercios conjuntos y se aprobó la venta de aviones de guerra estadounidenses al emirato por 12 billones de dólares.
Adicionalmente, Estados Unidos tiene en territorio catarí una de sus bases militares más grande en Medio Oriente. A poco más de 32 kilómetros de Doha, la base de Al Udeid cuenta con cerca de 1.100 tropas que se suman al Centro de Operaciones Aéreas Combinadas que, también desde Catar, supervisa las operaciones de la Fuerza Aérea de EE.UU. en Afganistán, Siria e Irak.
Por otro lado, Naciones Unidas dio un paso al costado y no intervendrá para tratar de solucionar el bloqueo económico que sufre Catar que, desde la primera semana de junio, sufre el bloqueo que varios países de Medio Oriente liderados por Arabia Saudí.
El jefe de la ONU, Antíno Guterres anunció que la organización no intervendrá directamente en la crisis. En lugar de eso apoyará la mediación que realiza Kuwait pues considera que el liderazgo regional será el que destrabe la situación.
El gobierno de Doha ya aceptó la mediación de Kuwait para solucionar la crisis que se desató cuando Arabia Saudí, Bahréin, Egipto y Emiratos Árabes Unidos cortaron relaciones diplomáticas y le impusieron a un bloqueo terrestre naval y aéreo.
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