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Cada día crece más la ola de refugiados que llega a las fronteras canadienses

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Esta oleada de refugiados realmente no inició después de que Donald Trump ganara las elecciones presidenciales en los Estados Unidos, sino que comenzó desde la campaña misma cuando el candidato hacía declaraciones sobre lo que iba a hacer con los inmigrantes y los refugiados.

Por Vilma Filici / filici@filici.com

Uno de los fenómenos que más ha estado llamando la atención durante las últimas semanas es que están entrando muchísimas personas a pedir refugio en Canadá. Esto ha sido reportado ampliamente por todos los medios de comunicación, pero también principalmente por la provincia de Manitoba, donde el Premier Brian Pallister está muy preocupado porque no tiene el dinero ni la infraestructura adecuada para continuar recibiendo este influjo de personas.

Esta oleada de refugiados realmente no inició después de que Donald Trump ganara las elecciones presidenciales en los Estados Unidos, sino que comenzó desde la campaña misma cuando el candidato hacía declaraciones sobre lo que iba a hacer con los inmigrantes y los refugiados.

Pero ahora, además de todos los refugiados de África, Somalia, Ghana y de los países musulmanes que están llegando a la frontera, también están empezando a entrar muchos ciudadanos de países latinoamericanos, personas que sienten temor de regresar a sus países de origen, como por ejemplo los centroamericanos, quienes tienen serios problemas con las pandillas.

Los latinoamericanos están siguiendo el modelo de los africanos y están entrando por puntos ciegos, pero últimamente también ha comenzado a llegar una alta cifra de mexicanos que viven en los Estados Unidos directamente a los puntos de entrada, debido a que cuentan con una excepción en el Tratado del Tercer País Seguro que dice que si una persona viene de un país que requiere visa para entrar a los Estados Unidos pero no requiere visa para entrar a Canadá, puede pedir refugio en el puerto de entrada, es decir cruzando por tierra hacia Canadá.

Los mexicanos están usando esta excepción y han empezado a pedir refugio, por lo que el volumen de solicitudes de refugio está aumentando exponencialmente y el temor es que el gobierno canadiense les imponga nuevamente la visa, porque en ese caso ya no gozarían de la excepción.

Si bien es cierto que hay un lado negativo por el influjo de refugiados dado los costos que esto implica al país, también es cierto que muchos de estos refugiados son profesionales, personas que tienen estudios, dinero, el idioma y profesiones que son necesarias en Canadá.

Algo que hay que tener en consideración es que si durante el invierno, que ha sido bastante duro, las personas han cruzado por campos poniendo en peligro sus vidas (hay un caso donde dos personas perdieron dedos de sus manos), para la primavera y el verano se puede esperar un éxodo mayor dado que muchas personas dicen que el temor de estar en los Estados Unidos es más fuerte que el de perder sus vidas en el camino.

Ahora bien, si las personas entran legalmente a Canadá, como es el caso de quienes tienen familiares en este país o los mexicanos que pueden pedir refugio en la frontera sin tener que arriesgarse, las autoridades canadienses los tienen que dejar pasar porque para no hacerlo tendrían que cambiar el Tratado del Tercer País Seguro, lo cual tomaría mucho tiempo y no creo que Estados Unidos esté dispuesto a cambiarlo y eliminar las excepciones dado que ellos lo que quieren es sacar a las personas del país.

Hace poco hubo una reacción muy interesante del Diputado Federal del Partido Conservador Tony Clements, quien en una entrevista con la CBC decía que el gobierno canadiense debía tomar medidas para parar la entrada de personas de forma ilegal a Canadá, y se refería específicamente a quienes están entrando por lugares donde no hay puestos migratorios y que por lo tanto lo hacen de forma ilegal.

El entrevistador le preguntó varias veces de qué manera puede el gobierno asegurase que estas personas dejen de entrar al país, que dijera una forma concreta, y la reacción final del entrevistado fue colgar el teléfono.

El entrevistador probablemente estaba esperando que Clements dijera que no se puede hacer a menos de que se cambien las leyes, porque lo que las personas están haciendo en este momento no es ilegal dado que una cláusula del Tratado del Tercer País Seguro específicamente dice que si una persona entra por un lugar donde no hay un puesto fronterizo, una vez dentro de Canadá puede pedir refugio. Y hay otra sección de ley que dice que, si una persona comete un delito migratorio entrando a Canadá con la intención de pedir refugio, no se le puede penalizar.

Definitivamente es una situación bastante complicada porque Canadá es signatario del Convenio de Ginebra y por tanto tiene que permitirle la entrada al país a estas personas, y ya una vez que están adentro, si son elegibles, les tiene que dejar presentar su caso ante el Consejo de Refugiados, que es la única entidad que puede decidir si una persona es refugiada o no. No es el gobierno, no es el Departamento de Inmigración, no es la Agencia de Servicios de Frontera, no es la policía. Es el Consejo de Refugiados, que es un tribunal especializado, el único que decide quiénes son y quiénes no son refugiados en Canadá.

Toda esta situación me recuerda a 1986, cuando hubo una entrada de más de 125 mil refugiados y al final el gobierno de Brian Mulroney tuvo que crear un programa especial que fue como una especie de amnistía para poder procesar el número altísimo de refugiados que había entrado. Eso pareciera ser lo que se está empezando a ver ya.

Porque tenemos un atraso de tres mil casos de más de siete años conocido como “Legacy Cases” que están estancados, y ya empezamos a ver que no se está cumpliendo con los tiempos de procesamiento que fueron establecidos en el 2012. Y, además, se viene una avalancha enorme, por lo que eventualmente, para limpiar la cantidad de refugiados que entren, van a tener que establecer un programa especial.

Además, hay que considerar algo muy interesante que también está sucediendo, y es que estamos viendo profesionales nacidos en los Estados Unidos, de muchas generaciones de haberse asentado en dicho país, que por las políticas de Trump quieren inmigrar hacia Canadá. Hemos visto profesores universitarios que están haciendo su trámite como trabajadores calificados, ingenieros en computación, psicoanalistas, es decir, personas que califican en Canadá porque tienen el idioma, los estudios, la edad, etc.

En los medios de comunicación son muchos los artículos que se han escrito acerca de cómo el rechazo a la nueva administración estadounidense está beneficiando a Canadá, porque por ejemplo se están trayendo especialista en computación de Silicon Valley, así como también estudiantes internacionales que ya no confían en los Estados Unidos están decidiendo venir a estudiar a las universidades y Colleges canadienses.

Eso significa una entrada de dinero importante para las instituciones educacionales canadienses, así como también para las compañías que han estado constantemente compitiendo con los Estados Unidos para atraer a esos profesionales.

Definitivamente toda esta es una situación que en gran medida está beneficiando a Canadá.

 

 

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